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El Telégrafo

La pobreza desde lo político

02 de enero de 2013

La visión de la pobreza y las prácticas concretas para combatirla no pueden estar limitadas a ofrecer dádivas económicas para aliviar el día a día de la gente, ayudándola a resolver ciertos pequeños gastos familiares.

Enfrentar la pobreza en el país implica una concepción integral e integrada (no desde la teoría ni la retórica) sino desde el mundo real de la sociedad y de la gente. Es un asunto estructural que necesita resolverse desde los derechos de las personas a tener acceso a mejores servicios públicos (salud, educación, transporte, vialidad, trabajo).

Abordar el tema de la pobreza significa estar en capacidad de promover los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, para el conjunto de la población. Supone realizar la gestión pública para que cada uno de esos derechos se cumpla en los distintos niveles de la vida ciudadana. Significa un compromiso político muy fuerte, que implica (de hecho), la organización popular y la participación democrática, para promover con fuerza la igualdad de todos ante esos derechos.

Significa abrir esa oportunidad para que cada habitante del país esté en plena capacidad y derecho de realizarse como persona y como ciudadano; en definitiva, como ser humano en una sociedad de justicia e igualdad.  

Enfrentar la pobreza con decisión, sin defender intereses económicos de un sector social tradicional, conservador y atrasado, es en sí misma una acción revolucionaria y soberana, frente al escenario injusto y desequilibrado que hoy vemos empiezan a vivir los países del norte.

En América del Sur se ha producido un cambio sustancial respecto al debate de los distintos estilos de desarrollo y el tratamiento a la pobreza.  Se produce un cambio político que reconoce la problemática de la desigualdad, la pobreza y la necesidad de un papel activo del Estado, y de la sociedad mediante la corresponsabilidad.

En mi caso, estoy convencido de que el crecimiento de la economía es igual de importante que la forma en que se distribuye la riqueza y se protege el medio ambiente. Entonces, eliminar la pobreza y la desigualdad es, por lo tanto, un objetivo central.

Las cifras de reducción de pobreza y desigualdad, emitidas por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en su informe “Panorama Social de América Latina 2012” y que corroboran las cifras ya proporcionadas en su debido momento por el INEC —que para quienes no son especialistas aparecen como números fríos—, reflejan una realidad que está cambiando en términos objetivos e indiscutibles en el Ecuador.

La aplicación de políticas públicas basadas en principios de equidad, derecho y justicia son los fundamentos para construir el país nuevo y equitativo.

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