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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

La peor crisis de su historia

25 de julio de 2014

Nunca antes el fútbol ecuatoriano estuvo tan mal como ahora. Nunca antes soportó una crisis estructural, institucional, económica y de credibilidad tan profunda como la de hoy. Una crisis que viene desde hace varios años y que hoy, tras el fracaso del Mundial, se ha evidenciado, y de la peor manera.  

Precisamente la clasificación a las Copas del mundo ocultó esta crisis que venía como una bola de nieve alertando a todos. Y sin que la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) se diera por aludida. La convocatoria de los futbolistas agremiados a una huelga haciendo uso de su derecho a la resistencia destapó la crisis.  

Cuando, al final del pasado año, decenas de jóvenes acudieron al complejo en Tumbaco a realizar las pruebas para ingresar al club El Nacional se sintieron decepcionados. Se encontraron con un rótulo improvisado en el cual se informaba que debían pagar para probarse en el equipo. Todos protestaron e incluso Antonio Valencia se quejó airadamente por este desatino. El flamante presidente afirmó que no tenían recursos ni para pagar el cuidado de la cancha. Este hecho reflejaba ya la gravedad de la crisis.

Casi todos los equipos tienen deudas imposibles de pagar, jugadores que no cobran desde hace más de un año, cuerpos técnicos que se fueron sin recibir un solo centavo, entrenadores de las divisiones formativas abandonados, clubes sin recursos para mínimas necesidades y deudas que, año tras año, se acumulan y habrían sobrepasado ya los 60 millones de dólares.

Fue necesario que la selección fracasara en el Mundial para que la realidad aflore. Y sobre todo, para que la paciencia de los jugadores también terminara. Y fue necesario que los futbolistas anunciaran una huelga y la paralización del campeonato para que la FEF se diera por aludida. Y fue necesario que el presidente (e) de la agremiación, Edwin Tenorio, reclamara ante el Ministro de Relaciones Labores y este le diera su respaldo y advirtiera a la FEF: “Esto ya se ha pasado de castaño a oscuro”, para que el presidente Luis Chiriboga se reúna con la Asociación de futbolistas.   

El pliego de peticiones de los futbolistas revela la triste realidad del fútbol nacional. Un campeonato pobre y con estadios cada vez más vacíos, equipos quebrados por un modelo de gestión caduco. Una federación conformada por clubes profesionales y amateurs, lo cual es un gran absurdo.  Un esquema de organización clientelar que es funcional a la FEF y le sirve para ganar elecciones.  

Es hora de transformar la estructura del fútbol, eliminar las asociaciones y establecer, al fin, un campeonato de clubes, y estos deben tener otras figuras jurídicas que les permita operar como empresas ágiles y rentables. El pliego de peticiones de los jugadores es muy revelador, sobre todo porque evidencia una precarización laboral extrema, no se paga al seguro social ni al SRI, y los futbolistas, lejos de ser los mejor pagados, son en verdad pordioseros implorando un pago por su trabajo.

Y un tema aún más grave, en el punto 13 del petitorio de los futbolistas se pide “que termine la esclavitud” de las mal llamadas academias de fútbol y las de las divisiones formativas. Asunto grave que no puede quedar en el aire y deberá investigarse y, de ser el caso, sancionarse.

El desgaste de Chiriboga y su directorio es evidente. 16 años son suficientes. Es hora de la renovación. Se necesitan ideas y propuestas frescas, actuales, innovadoras, que rompan el esquema obsoleto y permitan no solo una solución a la crisis sino, además, la reestructuración y transformación total del fútbol ecuatoriano.

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