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El Telégrafo
Melania Mora Witt

La patria recobrada

17 de enero de 2015

A partir de 2008 se dieron en nuestro país transformaciones profundas y rápidas. Al hacer el recuento de lo conseguido, parece casi increíble que en tan corto lapso pudiéramos dejar atrás una realidad social y económica signada por la desesperanza y la falta de confianza en nuestras fuerzas vitales como pueblo. Si alguien abandonó Ecuador antes de esa fecha y retorna ahora, podría decir con justeza que la profundidad de los cambios hace irreconocible el entorno que abandonó.

Si comenzamos por las grandes obras de infraestructura, carreteras de primer nivel cruzan casi todo el territorio; el viejo tren de Alfaro volvió a escucharse y con su sonido despertaron poblaciones abandonadas por decenas de años. Una red de hidroeléctricas abastecerá nuestras necesidades energéticas y grandes obras de riego vuelven fértiles importantes zonas.

En sitios lejanos, modernas escuelas del milenio albergan gratuitamente a miles de alumnos de la rica y variada mezcla humana que constituye el Ecuador. En lugares recónditos, modernas guarderías infantiles dan estimulación temprana a niños de condición humilde. Colegios y universidades parecen animados por un nuevo espíritu que conduce a los jóvenes a la búsqueda del conocimiento y a la investigación que servirá al país para remontar la pobreza. Miles de estudiantes ecuatorianos cursan sus posgrados en los mejores centros académicos del mundo y son, junto a las cuatro universidades emblemáticas fundadas por este Gobierno, la esperanza cierta de un futuro luminoso dirigido por las y los mejores ciudadanos.

Se han incrementado en forma exponencial los espacios de recreación, públicos y sin costo. Hospitales y centros atendidos por profesionales nativos y extranjeros trabajan incansablemente para elevar los indicadores de salud. Ha disminuido notablemente la mortalidad infantil y está en camino de hacerlo la materna. Se avanza hacia el aseguramiento universal y, por primera vez, el trabajo doméstico no remunerado de las madres de familia entra en la cobertura.  

Ecuador dejó de ser un país desconocido al que la gente no ubicaba correctamente en el mapa. La sede de organismos como Unasur está cerca de Quito y la presidencia de la Celac le fue entregada hace poco. Múltiples encuentros, congresos, simposios, tienen como escenario nuestra maravillosa geografía. En los organismos internacionales nuestra voz es escuchada con respeto. No hay bases extranjeras  en nuestro suelo y celebramos convenios en planos de igualdad y soberanía con todos los interlocutores que libremente elegimos. Hemos recuperado nuestros recursos y las empresas estratégicas pertenecen al pueblo ecuatoriano.

Gozamos del bien maravilloso de la paz y nuestras familias aprovechan sus momentos de descanso para descubrir nuevos espacios territoriales, que encierran una biodiversidad extraordinaria. El gobierno de la Revolución Ciudadana, presidido por Rafael Correa, ha conducido acertadamente al país. Por ello, ha renacido aquello que reclamaba en horas trágicas Benjamín Carrión: estamos orgullosos de haber recobrado la patria.

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