El trajín de las diferentes organizaciones y actores políticos comienza, un poco tarde por cierto, a organizarse para inscribirse en el CNE y participar en el proceso electoral de 2013. Estas agrupaciones contrarias al régimen están poniéndose, permítanme recurrir a una frase popular, las medias después de los zapatos.
Menciono coloquialmente lo anterior para indicar y reflejar la incapacidad, de casi la totalidad de las organizaciones de oposición, de asimilar y comprender el momento político e histórico que está viviendo el Ecuador y Latinoamérica. Han pasado cinco años desde que Rafael Correa es presidente y estos todavía no han sabido descifrar cómo le entra agua al coco.
Todos estos sectores quieren ganarle a Correa, pero lo único que hacen es ejercer una campaña reactiva a la agenda que el mismo Correa les impone y no han caído en cuenta, durante todos estos años, que la estrategia gubernamental ha sido la de alejarlos de la esencia de la democracia, esto es el pueblo.
Mientras gran parte de la oposición está haciendo denuncias y defendiendo la libertad de expresión, al amparo de su entendimiento y no del entendimiento del pueblo, Rafael Correa ha podido implementar en estos cinco años de gobierno su política de redistribución de la riqueza para disminuir las desigualdades que hay. Así, mientras unos y otros tratan de desmentir a Correa, este ha logrado que los beneficios de sus políticas lleguen a la población más vulnerable y a la clase media, generando oportunidades de desarrollo que antes no tenían.
Hoy tenemos sectores de políticos con ideologías diferentes, que solo hablan para los medios y no para los electores. Han cometido el peor error que se puede cometer en comunicación estratégica al no saber determinar su verdadero interlocutor. Muchos creen que es cuestión de hablar y salir en los medios; y los medios, felices, porque organizan su propio show a costilla de la ignorancia de ellos.
Adicionalmente, ni siquiera han sabido estructurar una propuesta inteligente, que responda al actual momento del Ecuador; en consecuencia, no cuentan con un mensaje que impacte socialmente, que emocione, que despierte deseos de involucrarse en un proyecto político alternativo al único que, por el momento, existe en el país.
Esta contienda electoral, tal como van las cosas, si es que Nebot decide no participar, tiene un pronóstico previsible, lo más probable es que Correa gane en la primera vuelta y obtenga mayoría legislativa.
Una vez que gane Correa, la oposición se dará cuenta de que ha estado durante estos cinco años sola, estando -según ella- acompañada.