Muchos son los países en los cuales el cobro adecuado de derechos de autor permite a los compositores vivir de su trabajo, es decir, de la música. En muchos casos, incluso, vivir muy bien, sin la más mínima preocupación laboral y con acceso a múltiples beneficios. En el Ecuador, en cambio, ha sido todo lo contrario.
La entidad de gestión encargada de recaudar estos derechos es la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador, Sayce. Institución que, lamentablemente, cayó en total desprestigio y absoluta desconfianza, con una gestión ineficiente, e incluso con constantes denuncias de irregularidades. La mayor parte de los recursos que gestionaba se destinaba a gasto corriente, y un mínimo porcentaje, insignificante, era destinado a los autores y compositores.
En 2009, frente a la inoperancia de los directivos de Sayce, los jóvenes autores, compositores e intérpretes decidieron ingresar a Sayce con el fin de refundarla y crear una nueva entidad que deje atrás todas las sombras y las ineficiencias. Poco a poco lo están logrando, la están modernizando, están trabajando en función de los artistas y no de su propio beneficio y, lo que es importante, lo están haciendo con transparencia y respondiendo al mandato de la mayoría de sus socios.
El año pasado, por primera vez en 38 años de existencia, gracias al pago que, por primera vez, realizaron 11 canales de televisión y 84 estaciones de radio, distribuyeron 135 mil dólares a 344 socios. Y este año repartieron 471 mil dólares a los autores y compositores que generaron regalías en 2010 y 2011.
La recaudación se ha incrementado notablemente. Así por ejemplo, en 2010 ingresaron 1 millón 280 mil dólares, y en 2011, 2 millones de dólares. Es decir que se ha duplicado la cifra de recaudación, lo que le convierte en la tercera sociedad con más crecimiento en la recaudación en el continente. Sin embargo, el 65% de esos ingresos se distribuye entre los autores internacionales. Es importante señalar también que la anterior, la vieja Sayce, de los ingresos que recibía, el 70% lo destinaba a gasto corriente. Ahora, en dos años, han logrado ya bajarlo al 39%.
Los jóvenes creadores musicales se han propuesto trabajar en conjunto para, en comunión con las autoridades de la cultura, forjar una verdadera industria musical, generar el rescate, recopilación y la difusión de todo el catálogo del repertorio de la música nacional, exigir el cumplimiento del pago de los respectivos derechos de autor, controlar y erradicar la venta de material ilegal de música y establecer claramente en todas las leyes, reglamentos y normas pertinentes un mayor espacio de difusión y promoción a la música creada, producida y ejecutada en el Ecuador.