En vísperas del inicio de la Asamblea, se presentan algunas situaciones inéditas que exigen nuevas formas de organización para el trabajo que comenzará el 14 de mayo. Por ello, quienes pertenecen al Movimiento Alianza PAIS y constituyen una mayoría sin precedentes -100 de 137 legisladores- han adelantado su tarea en reuniones preparatorias.
Según se vislumbra, la Asamblea estará dirigida por tres distinguidas mujeres, cuyo rasgo común es, a más de una clara conciencia política acerca del país y de los objetivos de la agrupación en la que militan, una firme voluntad para cumplir los retos revolucionarios planteados a fin de consolidar el proceso transformador iniciado en 2007. Seguramente su juventud será reforzada por la asesoría nacida de la experiencia en el manejo legislativo y la solidaria acción de todos los que comparten el mismo ideario. Se trata de una oportunidad única de actuar en representación de las mujeres del país y demostrar el grado de desarrollo alcanzado, tras luchas que recorren toda la historia patria. Habla también de la madurez de los asambleístas de Alianza PAIS, al asumir sin complejos ni machismos atrasados la conducción de sus compañeras en la tarea de crear el marco legislativo que exige el programa por el cual nuestro pueblo votó abrumadoramente.
El gobierno de Rafael Correa debió cumplir en su primera etapa la ardua tarea de desembrollar el caos jurídico existente e introducir los cambios expresados en la Constitución de Montecristi. Algunos de los mandatos, de ella surgidos a través de consulta popular, no pudieron cumplirse aún, por la negatividad de los opositores al proceso. La nueva correlación de fuerzas abre paso a la expedición de leyes indispensables: de tierras, agua, comunicación, cultura y otras que se requieran para hacer factible la transformación de la matriz productiva. Será necesario un manejo delicado y firme a la vez de temas controversiales, en cuyo tratamiento deberán emplearse nuevos procedimientos, a fin de, dialécticamente, no apartarse de los principios ni de la realidad ecuatoriana y su entorno. La discusión interna de cada tema enriquecerá los resultados.
Lo que en el Parlamento se decida tendrá enorme transcendencia para el futuro.
Ejecutivo y Legislativo, en acción conjunta, transparente y positiva, merecerán el aplauso de sus electores, al demostrar que la política se puede ejercer con probidad y patriotismo. Así, los avances serán irreversibles.