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El Telégrafo

La necesidad de una derecha ideológica y deliberativa

06 de marzo de 2013

Los últimos resultados electorales dejan varias lecturas. Una de ellas demuestra la convergencia de un grupo de actores y segmentos políticos de la derecha que quieren renovar los postulados y representantes de esa tendencia.

En la otra orilla, la tendencia de la izquierda moderna ratificó su amplio respaldo popular hacia la vigencia de las políticas públicas existentes y la continuidad con su Programa de Gobierno 2013-2017.

Ese escenario político demanda una derecha política ideológica y deliberante que pueda ser capaz de discutir las políticas institucionales, plantear visiones alternativas al modelo gubernativo, investigar la evolución de los servicios básicos y los derechos ciudadanos para fiscalizar y proponer opciones –de diseño, seguimiento y correctivos en la gestión pública-, argumentar sus aportes con tesis y cifras a los proyectos de ley que se tramitarán en la legislatura, construir acciones responsables para el control político y evaluar las políticas sectoriales.

Frente a esa necesidad, surgen varias interrogantes: ¿Es capaz el movimiento CREO de darle viabilidad metodológica e histórica a esa nueva derecha? ¿Podrán procesar, los legisladores de este movimiento, los contenidos del Plan de Gobierno del ex candidato Guillermo Lasso para convertirlos en iniciativas legales? ¿Es posible clarificar las reivindicaciones nacionales que perseguiría la derecha para diferenciarlas de las simples proclamas corporativistas empresariales-bancarias? ¿Cuáles serían las propuestas para el fortalecimiento de la actual reforma del Estado? ¿Cómo mejorarían la conversión de la matriz productiva, a partir de sus planteamientos clásicos como la libertad económica y política, libre competencia y crecimiento de mercados? ¿Están pensando los movimientos de esta tendencia en agruparse bajo una bancada legislativa con miras a un proyecto político nacional alterno; o buscarían mantener facciones heterogéneas que fortalezcan las oposiciones y las derechas realmente existentes en el país? ¿Cuáles son las responsabilidades y autocríticas del PSC-MDG que están dispuestos a asumir, para no erosionar la formación de una nueva derecha? ¿Cuáles serían los posibles acuerdos programáticos capaces de asumir los movimientos políticos de la derecha, con el Gobierno en funciones, para dar soluciones inmediatas a los problemas sociales? ¿Cuáles serían las acciones más urgentes que emprenderían para el desarrollo de sus organizaciones políticas?

Las instituciones requieren de una izquierda y de una derecha que sean capaces de dialogar entre ellas y con el país,  que muestren públicamente sus preocupaciones y satisfacciones en cuanto a la agenda pública de avances y temas pendientes. Que se mantengan los conflictos ideológicos, sin que eso signifique ahondar en el retiro de la derecha para atrincherarse en los espacios de disputa económica.

Queremos ver a una derecha más política, que visibilice sus ideas, que debata con un conocimiento multidisciplinario y riguroso sobre las condiciones en que se encuentra la administración estatal, sin prejuicios ortodoxos ni dogmas neocoloniales. Queremos ver hasta qué punto pueden ser posibles las correspondencias mínimas entre derecha e izquierda, no porque se necesiten formar coaliciones políticas para la aprobación de leyes o una eventual reforma constitucional, sino fundamentalmente para sustantivar el debate político, profundizar la comunicación política y reforzar el Estado político, como confrontación de corrientes ideológicas distintas que dinamicen los conflictos para construir, de forma razonada, sus respuestas.
 
*Docente universitario

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