Y Cartagena no fue la excepción. Dos consultores, expertos en marketing político, aprovecharon la Cumbre para proclamar su adhesión a la campaña mundial anti-Chávez. El uno, Carlos Souto, incluso exhibió orgulloso un cartel con leyendas contra el presidente Maduro. Y el otro, Luis David Duque, se solidarizó con su maestro, el venezolano J.J. Rendón, quien no pudo asistir supuestamente por su militancia antichavista. Como sabemos, desde un buen tiempo atrás se ha montado, con los grandes medios y cadenas internacionales, una enorme campaña que tiene como objetivo tumbar al presidente Maduro.
El escenario es la V Cumbre Mundial de Comunicación Política que se realiza en Cartagena de Indias y reúne a más de 300 expertos en campañas electorales, asesorías, comunicación y marketing político de 21 países, además de 300 estudiantes universitarios. Este es un espacio para debatir en torno a los procesos comunicacionales que se viven en América Latina, lamentablemente sesgado y manipulado por la derecha del continente. Una pena, porque es necesario un debate abierto, plural y profundo de cómo se han manejado las campañas de los últimos gobernantes, nacionales y locales, del continente. Es tan necesario conocer, por ejemplo, quiénes financiaron esas campañas y quiénes son los que ahora gobiernan. Pero también acercarse a los lineamientos conceptuales y a los detalles técnicos y creativos de las campañas, exitosas o no, que se ejecutaron en los últimos años.
Sin duda, América Latina vive un proceso muy intenso respecto al rol de la comunicación y los medios de información. Las leyes de comunicación expedidas en Argentina y Ecuador norman y reglamentan esta actividad a partir de entender que la información es un bien común que debe ser preservado a toda costa. América Latina ya no es un campo abandonado, en donde prevalecen los intereses económicos y políticos de los propietarios de los grandes medios y pueden, como antes, manipular la información de acuerdo a las necesidades de esos intereses.
Las campañas electorales son también procesos creativos complejos y difíciles, encaminados a lograr no solo posicionar sino encaminar a un candidato hacia la victoria. Todos sabemos que las elecciones se ganan con los votos en las urnas, pero la comunicación y la publicidad que acompaña a un candidato son determinantes en la decisión de los electores. De ahí que esas campañas constituyen, en muchas ocasiones, experiencias inimaginables que vale la pena desentrañar en espacios de discusión y debate como una cumbre de comunicación.
Un tema siempre recurrente es la tan mentada ‘libertad de expresión’, en esta Cumbre, la periodista y presentadora ecuatoriana Andrea Bernal expuso una denuncia de censura al canal NTN24, cuya señal fue sacada del aire mientras realizaba la cobertura de las marchas ciudadanas que se dan en las calles de Venezuela. Sin embargo, parte de los asistentes demandó que también se reclame por los atentados a la libertad de expresión que a diario ocurren en la propia Colombia.
A pesar de todo, espacios como este son necesarios para continuar debatiendo abiertamente sobre los procesos de comunicación que se viven en América Latina. Aunque al final conviene señalar una añeja frase, oportuna y necesaria: ‘La opinión es libre, pero la información debe ser sagrada’.