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El Telégrafo

La infelicidad de los periodistas “independientes”

14 de enero de 2012

José Saramago, Nobel de Literatura 1998, como si hubiera transitado por las redacciones de los diarios “independientes”, sostiene: “El periodista es como el camaleón que tiene que disfrazar lo que piensa por el color del medio donde trabaja”.

Ningún periodista que haya laborado o labora en los medios privados disfruta de libertad para difundir noticias objetivas, veraces y equilibradas o analizar temas conflictivos que pudieran afectar los  intereses o  compromisos de los dueños de la prensa privada. Como el periodista-empleado conoce las normas que  rigen en la “prensa grande”, practica, vergonzosamente, la autocensura, para evitar una amonestación o despido de su cargo, como ya ha ocurrido en muchos casos.

El célebre escritor portugués, como si quisiera puntualizar la incómoda y penosa situación del presidente de la UNP, núcleo de Pichincha, empleado  de El Universo, subraya: “Hay mucho por hablar y lamentar de la infelicidad  de los profesionales conscientes de que están siendo utilizados”.

El reportero y más colaboradores de los medios particulares han perdido la noción de la objetividad y, lo más grave, sentirse presionados a informar sobre la  base de rumores, exagerar los hechos y a ocultar la verdad. En el área de opinión, con excepciones, se alinean personas decididas a defender tesis de los dueños del negocio y a combatir a los que ellos consideran un peligro a sus intereses, en este caso el liderazgo  de Rafael Correa  Delgado y los postulados de Alianza PAIS. Hay periodistas que renunciaron, en su momento, con altivez para no continuar sometidos y condenados a escribir, como propio, lo que piensan otros.

Hoy la derecha política grita hasta el cansancio que el periodismo es una actividad sagrada y que cada día se atenta contra la libertad de expresión. En la campaña electoral que se avecina, el poder mediático, aunque  debilitado, se convertirá en el último baluarte de la oposición para proteger los intereses de la clase dominante. En el fondo, los medios de comunicación “independientes” se alistan a recuperar el monopolio y control de la opinión pública.

La prensa escrita, radio y televisión no escatiman inversiones en darle a la oposición, todo el espacio disponible, en el intento final por frenar el avance de la Revolución Ciudadana.

No olvidar que el periodismo es una actividad dirigida a difundir y tratar temas que afectan a los pueblos, en busca de un cambio de comportamiento de la sociedad.

Lamentos para los infelices periodistas obligados a mentir. Loas a los periodistas que escriben por convicción.

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