Las profundas transformaciones que se viven en casi toda Sudamérica no son fruto de la casualidad. Una serie de antecedentes históricos en los ámbitos político, económico y social han permitido que, en esta nueva época, gobiernos progresistas recuperen sus países y procuren el bienestar de sus pueblos. La nueva integración va concretándose en instituciones como Unasur, Celac y, a partir de ellas, en organismos que permitirán el desarrollo soberano e independiente de la región.
Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, con mayor o menor dificultad por la oposición de las potencias hegemónicas y las oligarquías criollas a los cambios, abren nuevos caminos en procura de la justicia social perseguida por generaciones y ya se ven los frutos de los esfuerzos realizados: grandes sectores poblacionales se incorporan al desarrollo y con ello decrecen la pobreza y sus malignas secuelas.
En ese cuadro democrático hay un vacío: México, el gran país del norte cuya presencia es indispensable para que nuestra América -en palabras martianas- esté completa. Su pueblo, que realizó extraordinarias hazañas de la mano de Juárez y que protagonizó la más avanzada revolución en 1910 con las presencias de Madero, Villa, Zapata; que con Cárdenas recobró el petróleo para los mexicanos, no puede retrasar más su incorporación a la marcha de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
En el debate en que participaron los candidatos a la presidencia de ese país, se visibilizó la posición de cada uno frente a los grandes problemas por los que México atraviesa: violencia extrema, poder creciente de las mafias de la droga, pobreza de 12 millones e indigencia de la mitad, corrupción en grado superlativo, todo en el marco de políticas neoliberales impuestas por sus gobernantes durante las últimas décadas. Tres de los participantes: Enrique Peña Nieto, candidato del PRI; Josefina Vásquez, del PAN -que gobierna actualmente-; Gabriel Quadri, de PNAL, manifestaron su conformidad con el statu quo, al que ofrecieron mejorar en algunos aspectos.
Andrés Manuel López Obrador, del PRD, que perdió la presidencia en unas cuestionadas elecciones, habló de algunas causas reales de la situación que vive su país y planteó nuevas políticas que posibilitarán la entrada vigorosa de México en el concierto de las grandes naciones del mundo, como le corresponde. Ninguno mencionó el TLC con Estados Unidos. América Latina está pendiente de la elección del próximo julio.