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El Telégrafo

La hora de Chile

16 de noviembre de 2013

En las elecciones que se realizarán en Chile el 17 de noviembre, no solo está en juego la presidencia de ese país sino su futuro. Seguramente Michelle Bachelet será reelecta, posiblemente en primera vuelta. La Nueva Mayoría, estructura política que la auspicia, presenta entre sus ofertas de campaña la convocatoria a una Constituyente que reemplace la pinochetista, que vergonzosamente se ha mantenido, pese al triunfo de la Concertación en varios períodos.

Pero tal promesa no será fácil de cumplir: se requiere una mayoría del 60% y en algunos casos del 66% en la Asamblea para hacer cambios radicales. Incluso un exintegrante del gobierno de la dictadura ha amenazado veladamente con una nueva intervención militar, si se llega a aprobar que las modificaciones a la Carta Magna se hagan por mayoría simple.

Ha llegado la hora de que la nación chilena se reencuentre a sí misma y a su destino histórico. Ya no basta con mejorar las inversiones en salud y educación, aunque  son indispensables. Resulta imprescindible echar abajo el modelo neoliberal, impuesto a sangre y fuego y mantenido durante los “años de la democracia”.

Es la hora de dejar atrás el “capitalismo salvaje”. Que la alegría y solidaridad vuelvan a ser señas de identidad de esa tierra de poetas y cantores.El pueblo se ha manifestado incesantemente a través de paros y manifestaciones, exigiendo un cambio radical de sus condiciones de vida, muy alejadas de las de la élite supermillonaria, cada vez más opulenta y poderosa. El crecimiento macroeconómico de Chile no ha significado mejores oportunidades para los jóvenes que no pueden pagar sus estudios universitarios, considerados entre los más costosos. La política social ha sido mezquina, privilegiando al capital en desmedro de las necesidades colectivas.

Ha llegado la hora de que Chile se sume al concierto de sus hermanas sudamericanas y profundice los lazos que la unen con Unasur, Celac, Mercosur y otras entidades regionales que procuran la unidad del subcontinente.

Es el momento de que, electo el  nuevo gobierno, se llame a un plebiscito para saber si el pueblo chileno quiere recuperar el cobre o prefiere que lo disfruten las transnacionales. Es la oportunidad para emprender nuevamente el camino soberano de sus vecinos y dejar atrás pactos y acuerdos entreguistas. Es la ocasión para que la integración externa se complemente con la interna, y de que  el pueblo mapuche y los sectores populares sean incluidos para siempre.

Es la hora de dejar atrás el “capitalismo salvaje”. Que  la alegría y solidaridad de antes vuelvan a ser señas de identidad de esa tierra de poetas y cantores.

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