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El Telégrafo
Aníbal Fernando Bonilla

La ‘Generalita’

07 de octubre de 2014

En el engranaje cíclico de las colectividades es de suponer que las páginas históricas van fraguando los sujetos sociales, sin embargo, por fuertes patrones patriarcales, legados desde una composición sociocultural de discriminación sexista, han prevalecido las figuras masculinas como referentes representativos en las aportaciones de cuño transformador en el plano público.

Ante esto, en ocasiones, se ha desconocido o restado la valía del género femenino en el devenir de los acontecimientos de signo histórico, situación que implica una injusta mirada objetiva de los hechos. Como dice Ketty Romo Leroux: “La historia del Ecuador está escrita por miles de hombres que han luchado porque nuestro país alcance la libertad, el bienestar y el progreso. Junto a ellos, defendiendo los mismos ideales, muchas mujeres han contribuido con sus actos a la grandeza de la patria”.

Precisamente, en el territorio nacional, una de ellas ha sido Marietta de Veintemilla, quien mantuvo una amplia actividad en los niveles intelectual, periodístico y político. Transitó en aquellos tiempos de exilio, persecución, cárcel y fuerte antagonismo ideológico, sin que esto mermara sus firmes convicciones expresadas en obras como: Páginas del Ecuador, Conferencia sobre psicología moderna, Digresiones libres. Recibió frases de estímulo de Rubén Darío, Ricardo Palma, entre otros. De decidido carácter, personalmente defendió sus postulados y propició la construcción de la obra pública.

Siendo sobrina de Ignacio de Veintemilla, presidente de nuestro país (1876-1883) -de ingrata recordación por sus afanes dictatoriales-, ella sostuvo dirección y mando a tropas militares en momentos de inestabilidad institucional (situación que la identificara como la ‘Generalita’), con lo cual se reconoce su recia consecuencia familiar, no exenta de intereses particulares. Lo importante fue su vital prestancia en los quehaceres sociales, destinados preferentemente al involucramiento del hombre, más aún a mediados del siglo XIX e inicios del XX. Pues Marietta de Veintemilla demostró sus dotes humanas desde la fortaleza en el campo de batalla, así como también en la sensibilidad que otorgan las artes a través del pincel, el pentagrama y las letras. Coadyuvó en las estrategias políticas de su tiempo, en una posición socioeconómica ciertamente privilegiada, sin embargo, sus ideas también lo llevaron a dificultades de subsistencia, sobre todo en el destierro.

En el campo del pensamiento descolló con sendos trabajos ensayísticos, en donde se recoge la influencia de corrientes y autores europeos (Francia, Alemania, Inglaterra) y norteamericanos. Imbuida del romanticismo y con mayor vigor del positivismo, podríamos interpretar su tendencia liberal. Marietta de Veintemilla, tal vez sin ser su objetivo primario, trazó una senda emancipadora, respecto del protagonismo de la mujer en el destino colectivo.    

El 8 de septiembre último se cumplieron 159 años del natalicio de esta mujer guayaquileña de variados atributos, la cual debe ser reconocida en sus escritos y en su rol cumplido en circunstancias determinantes en el acontecer político ecuatoriano

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