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El Telégrafo

La fundación de Santiago de Guayaquil, 25 de julio de 1538

25 de julio de 2013

Realmente es un proceso que va de 1534 a 1547, como lo sostiene José Antonio Gómez Iturralde, del Archivo Histórico, y su segunda hipótesis es la que más me gusta, en la cual el Dr. Rafael Euclides Silva Orquera, historiador nacido en Machachi, cantón Mejía, Pichincha, y apoyada por el historiador y literato español, don Antonio Jaén Morente, quienes afirman que el capitán Sebastián de Benalcázar, en la conquista de los Huancavilcas, Chonos y Colimas, viene desde San Miguel de Piura y somete a los Punáes.

Benalcázar funda la ciudad de Santiago en 1535 (sin definir mes ni día) en uno de los sitios reconocidos como “Guayaquil Viejo” en la desembocadura del Babahoyo (Amay), el estero de Dima o la boca del Yaguachi. Luego erige la Tenencia de Gobernación de la ciudad de Santiago, encargando la alcaldía al capitán Diego de Daza con el fin de dirigirse a Quito y emprender la conquista de Cundinamarca.

Silva reporta, además, una segunda fundación  de la ciudad, realizada por Francisco de Orellana que consta en una escritura pública fechada el 8  de junio de 1538 y que, de acuerdo a las palabras del historiador, “permite inducir con mucha precisión histórica que la definitiva refundación de la ciudad de Guayaquil coincide con el 25 de julio de 1538, gracias a la intervención de Orellana”.

Pero es realmente a mediados de 1547 cuando Guayaquil se trasladó a la ribera occidental del río Guayas en las faldas del Cerrito Verde, actualmente denominado cerro Santa Ana, y a partir de este asentamiento, la ciudad no volvió a trasladarse y emprendió un proceso de expansión urbana, sufriendo varios ataques e incendios.

Cualquiera que sea la verdad histórica, nuestra amada urbe muy bien se merece el título con el que fue establecida de “Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Guayaquil” y es engalanada por la pluma de Remigio Romero y Cordero en la 3ª estrofa de su himno:

“Bien sabe la América hispana
que del mar de Balboa en la orilla
Guayaquil, Guayaquil maravilla
a las naves que vienen y van”.

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