Desde Varsovia.-
Vividas las primeras horas de nuestro paso por Varsovia en la Eurocopa de Naciones 2012, ya podemos compartir algunas impresiones, como lo impecablemente limpia que luce la ciudad, al menos en el trayecto desde el aeropuerto hasta el casco central.
Hay sectores embanderados por el tema del fútbol, pero se siente que el interés existente obedece a la cultura futbolística de un pueblo que ama este deporte, al margen de que el entusiasmo se apagó por la prematura eliminación de su equipo.
La moneda que circula en Polonia es el zloty y el cambio está a 3,3 por dólar o, en su defecto, a 4,2 por euro. Los precios de los taxis y de la comida son similares a los de Guayaquil, sin duda se podría decir que son hasta baratos en comparación con otros lugares de Europa y de la propia Sudamérica.
Lástima que el clima cambió a partir de la noche del miércoles, el sol brillante y sus 26° C fueron desplazados por una pertinaz lluvia y con un descenso considerable en el termómetro. Realmente vivimos lo que era una tormenta eléctrica la noche de nuestra llegada, con rayos y truenos que nunca se han visto ni en los más intensos inviernos del litoral ecuatoriano.
En cuanto al estadio, impresiona por dentro y por fuera, muy funcional y espacioso, tiene cuatro pantallas gigantes instaladas en el centro de la cubierta que llaman la atención.
El Centro de Prensa, en honor a la verdad, no le pide ningún favor ni a los mejores que hemos conocido en los mundiales de fútbol y la atención es bastante buena.
Mucha gente habla inglés y más de uno también tiene nociones del español. Además, se brindan las facilidades del caso, con Internet Wi-Fi y con dos pantallas panorámicas para disfrutar de los partidos que se juegan en otras ciudades.
En fin, la Eurocopa ya terminó para algunos polacos, no obstante, para otros, como el alcalde de la ciudad de Gdansk, Pawel Adamowicz, es causa de orgullo por el trabajo realizado al momento y que, se entiende, sirve incluso para pensar a futuro y solicitar la organización de una Copa Mundial.