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El Telégrafo

La espada de Bolívar

10 de octubre de 2012

El pueblo de Venezuela, una vez más, ha triunfado. Reeligió a Hugo Chávez, que ganó con buen margen al candidato de la oligarquía, apoyado por el poder mundial, en un proceso democrático, claro y transparente, avalado por formas tecnológicas avanzadas, que no dio lugar sino al reconocimiento de la oposición y del mundo, excepto unos cuantos medios que mintieron descaradamente, rayando en la torpeza.

El pueblo, una vez más, junto a su líder, gritó en homenaje al Libertador, presente en este proceso: ¡Alerta… alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina! Esa consigna de movilización y combate se escuchó victoriosa en todos los rincones de la Patria Grande.

Gran triunfo de la Revolución Bolivariana. La patria del Libertador Simón Bolívar vive, desde hace más de una década, un cambio profundo; recuperó soberanía y el petróleo, que está al servicio del pueblo y desarrollo del país; organizó una institucionalidad democrática y el pueblo decide su presente y futuro, en todos los órdenes.

Venezuela, con Chávez y el Partido Socialista Unido, creado en el proceso, está construyendo el Socialismo del Siglo XXI; ha contribuido, junto a otros líderes, entre ellos Rafael Correa, a unificar las posiciones de América Latina en los foros internacionales, como la ALBA, Unasur y  creó la Celac, esto es la OEA sin EE.UU. y Canadá. Fortaleció, con su incorporación, Mercosur, elevándola a una potencia mundial energética.

Venezuela avanza hacia el socialismo, suyo, soberano, propio, alternativa del neoliberalismo o capitalismo de rapiña, que quiso imponer el poder mundial, con EE.UU. a la cabeza, hipotecando a nuestros países con altos y leoninos endeudamientos y, a través del FMI, con políticas económicas y sociales de ajustes, depredadores de la naturaleza y la vida social.

El triunfo electoral, uno más de una docena, en el proceso bolivariano, muestra que es posible para los pueblos transitar hacia el cambio en forma pacífica; que la democracia real, participativa, va más allá de lo electoral y que, para ejercerla, es indispensable la organización política, unitaria, democrática, plural; construir el poder popular en definitiva.

Por ello decimos que ese triunfo no solo es del pueblo venezolano, sino de toda América Latina y el Caribe y lo saludamos con emoción. Para el Ecuador es un ejemplo a seguir. El proceso de Revolución Ciudadana, integrada entre tantos por bolivarianos y alfaristas (ABA), con un gobierno y un movimiento político (PAIS), que es su base, con una ideología también bolivariana y alfarista, demanda una sólida organización, lo más temprano posible, sobre todo de  las bases, centenares de miles de adherentes, en los Comités de la Revolución Ciudadana y vincular a través de ella la gestión del gobierno; en otras palabras, hay que organizar el poder popular y para ello el Consejo de Participación Ciudadana debe contribuir con agilidad y eficiencia, a tono con la Constitución.

Con este ejemplo hay que prepararse con eficiencia para un nuevo y contundente triunfo de Rafael Correa, todos esperamos que en binomio con Lenín, en febrero, y de los candidatos a asambleístas, para continuar la tarea de consolidar y ampliar las reformas e iniciar otras, como la agraria, que es una exigencia nacional.

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