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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

La Columna a los Próceres

09 de octubre de 2014

Es uno de los más imponentes y hermosos monumentos de Guayaquil y representa la esencia patriótica de los guayaquileños como gestores de la libertad de lo que es ahora el Ecuador, que da lugar a un proceso independentista el 9 de Octubre de 1820 con el propósito de romper los lazos coloniales que existían con el imperio español, dando paso al surgimiento de la Provincia Libre de Guayaquil. Esto marcó el comienzo de la guerra de la independencia de la Real Audiencia de Quito como parte de las guerras emancipadoras de Hispanoamérica.

Varias sublevaciones populares se narran en la historia como precursoras de la libertad de este territorio. La ‘Crisis de las Alcabalas’ en 1592 o la ‘Rebelión de los Estancos’ en 1765, pero muy poco tienen que ver con reclamaciones independentistas de España. Aun el ‘Primer Grito de Independencia’ el 10 de agosto de 1809, que fue el primer levantamiento pidiendo un gobierno criollo para la Real Audiencia de Quito, promovida por los escritos del célebre masón Eugenio de Santacruz y Espejo, cuyo verdadero nombre debió ser Luis Chuzig  (lechuza en quichua, símbolo de sabiduría), pero que realmente quería solo más autonomía de la Nueva Granada, pues de hecho se juró lealtad a Fernando VII, rey de España, que en esa época estaba invadida por los franceses y habían colocado a José Bonaparte como su regente.

Fueron realmente las estrategias militares del capitán Febres-Cordero y varios otros patricios guayaquileños que terminan con la era del colonialismo y dan inicio a la de emancipación en esa madrugada del 9 de octubre. La Columna de los Próceres, como se la conoce, fue concebida muy pronto en 1821, cuando la Junta de Gobierno del Estado Libre de Guayaquil resolvió erigir en la ciudad un obelisco para perpetuar el recuerdo de esa gran fecha. Su decreto de construcción fue publicado en el Patriota de Guayaquil el 13 de octubre de ese mismo año. Sin embargo fue hasta 1898 en que se designa el sitio del monumento y mucho más tarde se encarga curiosamente al escultor catalán Agustín Querol y Subirats su construcción, quien ganó un concurso internacional para esta obra en 1907. Querol casi concluyó este trabajo, pero murió en 1909 y tuvo que ser sustituido por su discípulo Folgueras, quien también murió repentinamente y fue finalmente concluida este obelisco por el también escultor catalán José Monserrat.

A pesar de que el monumento debía ser inaugurado en el primer centenario, la ciudad no podía esperar cuando ya estuvo terminada y la preinauguración se dio el 9 de octubre de 1918, en la cual el presidente Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, uno de los propulsores de esta columna, dijo: “Sin estos muertos que reviven hoy a nuestra vista en el mármol y en el bronce no podríamos llamarnos libres para siempre desde hace un siglo casi… La columna está allí y por remate de ella la diosa Libertad que orienta el esplendor de su victoria y da a los suyos coronas de laureles triunfadores y aliento de vidas inmortales… perdure para siempre la Columna de Octubre que descubro con frente serena y conciencia tranquila… Mi ser palpita y se estremece ante el bronce glorioso; y callo en este día de libertad por librarme y libertarme también de la vanidad efímera de frases y palabras”. Discurso que vendría bien en estos días.

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