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El Telégrafo

La boca de Pasquino

12 de mayo de 2012

Este diario ha sido tildado de pasquín, por alguien de cuyo nombre no quiero acordarme, para seguir la fórmula cervantina y no caer en la provocación. El profesor Bernard Lavallé nos relató, hará unos años, la historia de Pasquino -de donde proviene el nombre-, que en verdad es una estatua parlante, una de las más famosas de Roma.

Una de las leyendas más populares dice que, probablemente en el siglo II antes de N.E., vivía un pícaro zapatero llamado Pasquino, quien tenía la costumbre de escribir sátiras para solaz de los concurrentes. Al morir siguió la costumbre, pero esta vez colocaban los escritos en la boca de una estatua antigua, que hallaron frente a su zapatería. Había una consigna, para aplacar las persecuciones: ¡La boca de Pasquino habló!

Aún hoy, en el pedestal de la estatua sin brazos, enclavado desde 1501 en la plaza Navona, cuelgan papeles de diversos gustos. Todavía se recuerda cuando a la muerte del papa León X, el 1 de diciembre de 1521, famoso por vender indulgencias, Pasquino tronó: “En los últimos instantes que León había vivido, / no puedo tener sus sacramentos, pues los había vendido”. En 1549, a la muerte del papa Pablo III, la boca de Pasquino escupió: “Aquí fue enterrado un tal Pablo / fraudulento, “vulpon”, ladrón, asesino, / aquí famoso en boca de Pasquino / Allá doliente en la boca del diablo”.

“El pasquín más conocido, tal vez sea el que fue colgado en 1625 y que hacia referencia a Urbano VIII y a su familia, los Barberini, con motivo de la destrucción del techo del pórtico Panteón para reutilizar el bronce en la construcción del Baldaquino de San Pedro. El texto decía así: Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini (Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini)”, dice una investigación de este género que se parece a nuestros grafitis:

“Periodista, la mitad de la vida habla lo que no sabe / la otra mitad calla lo que sabe”, aparecido a finales del anterior siglo, en Quito, o ese: “Apaga la televisión / la historia está en las calles”, que nos recuerda cuando el personaje de marras nos decía que el tema “Patria, tierra sagrada” podría ser un lavado de cerebro a los guaguas al estilo del nazi Goebbels.

Un pasquín es en verdad un escrito anónimo que se fija en un sitio público, con expresiones satíricas contra un Gobierno y son realizados en momentos en los que ejercer la libertad de expresión está en entredicho. Creo que quiso decir libelo, pero esa es otra historia en la construcción de un medio público en tiempo de WikiLeaks.

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