Los banqueros, sus representantes y algunos columnistas están rabiosos por la decisión del presidente Correa de acoger la propuesta de aumento del Bono del Desarrollo Humano a $ 50, pero financiándolo con parte de las utilidades de la banca.
Han reaccionado virulentos, algunos con torpeza, argumentado y vociferado de manera escandalosa, llegando al colmo de afirmar que con la medida se afectan gravemente sus clientes, la economía y la vida misma del país.
Han dicho que es un ataque del Gobierno y que, por tanto, es un ataque a sus clientes (¡!). Hasta han renegado de su candidato Guillermo Lasso, negándolo. Han dicho que el Gobierno los despluma y no pueden volar; que sus utilidades, una tasa de 20%, no pueden ser tocadas, porque no podrán capitalizarse, no habrá crédito y el país se hunde; que todo es por “pica” política del Gobierno. Con cinismo aseguran que no debía haber subsidios o que sean temporales y, por fin, afirman que la medida sería una cuasi confiscación y que mejor se van.
Como lo plantean los banqueros llorones prácticamente el dilema es la banca o la vida. ¡Tanto desafuero!
Es necesario recordar algunas cosas. Que buena parte de la banca privada, a pesar de haber sido atracadora y chulquera, siempre ha recibido subsidios y apoyos multimillonarios del Estado, que siempre ha estado subordinado y a su servicio; ha saqueado el BCE, que lo ha manejado a su sabor y antojo, al igual que los organismos de control. Que ha estado en todas con los gobiernos entreguistas, como en el famoso congelamiento de depósitos y el feriado bancario, que costó al país unos $ 6.000 millones con los que se confiscó -allí sí- el ahorro de más de un millón de compatriotas.
Que ha impuesto políticas económicas y leyes a su favor, sangrando los dineros públicos. Que ha robado el ahorro nacional, como ocurrió entre 1998-2000, con el atraco bancario y el salvataje multimillonario con dineros del BCE que impuso Mahuad, y que aún paga el pueblo. Que ha exportado el ahorro. Los banqueros impusieron la dolarización junto a una megadevaluación, con las que ampliaron el atraco y lesionaron -ellos sí-, gravemente, la economía y la vida social.
Que a través de la AGD licuaron sus deudas, estatizaron una veintena de bancos quebrados por el saqueo y malos manejos; que en todos los procesos de contratación y renegociación de la deuda han sacado ventajas, como en la famosa “sucretización” de O. Hurtado, cuando asumió su deuda y de otros poderosos para que el pueblo la pague, a través del BCE, lo que significó una pérdida de $ 1.400 millones.
Calculen, solo estos atracos suman $ 7.400 millones, 37 veces más (3.700%) que lo que pagarían por el aumento de este subsidio (unos $ 200 millones), que fue creado por Mahuad como “bono de la pobreza”, después de golpear al pueblo con devaluaciones, congelamientos salariales, más impuestos y tarifas, en tan solo uno de los paquetazos fondomonetaristas del neoliberalismo partidocrático, de las mafias político-financieras del país.La medida debe ir a la Asamblea; allí veremos a la oposición dándole las espaldas al pueblo, junto a los banqueros.