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El Telégrafo

La arcilla de Madrid se tiñe de azul

31 de diciembre de 2011

Para el torneo Masters Series de Madrid 2012  se anuncia una novedad que está causando muchas discusiones, debates y polémicas entre organizadores, jugadores  y directivos de organismos oficiales como la ATP, WTA  y Federación Internacional de Tenis. Es el anuncio oficial de parte del dueño del torneo, el rumano Ion Tiriac, que la edición del próximo año se disputará sobre canchas de arcilla de color azul.

A mí personalmente no me parece un cambio tan drástico, sino más bien algo cosmético, visual, aunque Tiriac, el padre de la idea, niega que la elección del nuevo color obedezca a la estética, sino a razones exclusivamente prácticas  y científicamente comprobadas.

El proceso de fabricación de la arcilla será el mismo, provendrá de ladrillo finamente molido, la diferencia estará en que se le agregará un colorante para lograr el color azul, Tiriac explicó, además, que este proceso se llevará a cabo empleando productos naturales, sin necesidad de utilizar ningún químico.

El cambio de color no afectará en nada las condiciones de juego, el bote de la pelota será el mismo, el deslizamiento sobre el polvo de ladrillo permanecerá inalterado, es decir, la superficie mantendrá exactamente las mismas propiedades de la arcilla roja.

La explicación científica que da el empresario rumano se basa en estudios que demuestran que, debido al contraste de la pelota amarilla sobre la superficie azul, la visibilidad aumenta hasta en un 15%  para los espectadores,  pero especialmente para los que siguen los encuentros por televisión.

Según él, la idea surge de la simple lógica de que el azul ya reemplazó al verde, que era el color utilizado casi exclusivamente en las canchas de cemento y en las lonas que rodean las canchas; además, señaló que este color es usado cada vez con mayor frecuencia en las pistas de atletismo, puesto que permite al público distinguir más claramente a los deportistas.

El costo de construcción de cada cancha de polvo azul duplica al de una cancha tradicional, pero para este exitoso hombre de negocios es una inversión plenamente justificada  y pronosticó que, en un par de años, el 80% de los torneos profesionales sobre arcilla se disputará sobre piso de este color.

Yo lo veo como un cambio similar al que se dio hace muchos años con las pelotas, que años atrás eran de color blanco, y justamente buscando mejorar las condiciones de juego para los tenistas, se llegó a la conclusión de que la pelota color amarillo era la mejor opción. Hoy en día nadie se acuerda ya de la pelota blanca, y la mayor parte de niños y jóvenes no debe ni saber que algún día se jugó tenis con pelotas de otro color.

Situación similar se ha dado con la indumentaria de los tenistas, que antes, por reglamento, debía ser únicamente blanca, pero actualmente los tenistas usan ropa de todos los colores, tonos y matices, con la excepción de Wimbledon, que mantiene  como regla el uso del tradicional blanco.

A pesar de todas estas explicaciones y supuestos beneficios, el proyecto ha encontrado muchos detractores, siendo los más prominentes nada menos que Roger Federer y Rafael Nadal, los dos jugadores más dominantes de este deporte en los últimos años, con 26 títulos de Grand Slam entre ambos.

“Rafa” pidió que se respete la tradición,  e incluso declaró que solamente falta que en poco tiempo lo hagan jugar sobre césped azul.

Federer apoya al español  y expresó que es una pena que obliguen a “Rafa” a jugar el torneo más importante de su país sobre una superficie que no es de su agrado.

La cancha ha sido probada por jugadores como David Ferrer, Feliciano López y  Fernando Verdasco, quienes han mostrado su agrado y aprobación por el cambio.

En este caso en particular yo comparto los criterios de Tiriac, una persona que a sus 72 años tiene una gran experiencia dentro del mundo del tenis: comenzó como jugador, fue tres veces finalista de la Copa Davis (1969, 1971 y 1972)  y campeón de dobles de Roland Garros (1970) junto con su compatriota Ilie Nastase; después fue entrenador y mánager de Guillermo Vilas, posteriormente manejó la carrera y las finanzas de Boris Becker y negociaba los contratos de Goran Ivanisevic, Henri Leconte, Marat Safin, Anke Huber y muchos otros tenistas, es dueño de clubes de tenis en Francia y Suiza, organizaba todas las series de Copa Davis para la Federación Alemana de Tenis cuando jugaban como locales; actualmente es el propietario del torneo madrileño, su habilidad para los negocios lo ha llevado a acumular una fortuna calculada en más de 2.400 millones de dólares; abrió el primer banco comercial privado  en Rumania en 1990, tras la caída de la “Cortina de Hierro”; es propietario de una compañía de seguros (Allianz Tiriac) y tiene participación en una aerolínea comercial. Es decir, conoce a fondo el tenis como deporte y como negocio.

En el vertiginoso ritmo de vida actual, a la gente le gusta la innovación, la tecnología, lo moderno, por eso estoy seguro de que la arcilla azul será un éxito entre los aficionados  y los jugadores eventualmente se adaptarán  y aceptarán el cambio.

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