Einstein decía “que no se puede resolver un problema con el mismo pensamiento que lo originó”. En cualquier problema, si seguimos haciendo lo mismo, el resultado se encuentra garantizado. En nuestro país la visión sobre los múltiples problemas sociales: médicos, educativos, el ámbito de las drogas, entre otros, es simplista, reduccionista y unilateral. Se ve la realidad y sus problemas con un “pensamiento tuerto” como lo llama Edgar Morin.
Tenemos que reconocer que todos en el planeta estamos embarcados en el mismo barco y que todos los modelos que estudiaban al ser humano desde una sola perspectiva se han quedado obsoletos. No se puede construir una sociedad global viable y una sociedad del buen vivir basados en visiones inadecuadas de la naturaleza humana. La alternativa actual a los problemas es la perspectiva transpersonal.
De acuerdo con Frances Vaughan: “La perspectiva transpersonal es una meta-perspectiva, un intento de aprender de todos los diferentes enfoques. No trata de imponer un nuevo sistema de creencias o una nueva metafísica, sino más bien descubrir la relación que hay entre las cosmovisiones existentes, con el fin de crear algo que se pueda traducir en una verdadera transformación en nuestro mundo. La perspectiva transpersonal ha estado emergiendo de la necesaria integración de la sabiduría antigua y la ciencia moderna. La ciencia sin sabiduría puede destruir el mundo; la sabiduría sin ciencia resulta vana”.
Los seres humanos debemos acercarnos desde la salud y no desde las patologías. Debemos ser conscientes de los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de que las personas activen sus estilos de vida negativos (usos de substancias, adicciones y actos violentos, etc.). Es necesario identificar los factores de protección en una comunidad, centro educativo, familia y trabajo que permiten predecir resultados positivos o negativos.
Además, fomentar la resiliencia que ayuda a salir fortalecido con la experiencia. La resiliencia es “la capacidad del individuo, de un grupo, de una institución o de una comunidad para enfrentar adecuada y efectivamente situaciones de adversidad, crisis o de riesgo a través de recursos internos de ajuste y afrontamiento innatos o adquiridos y que permiten neutralizar o sobreponerse a la situación y además salir enriquecido con la experiencia”. Hay que tomar conciencia de lo que “yo soy, yo tengo, yo estoy, yo valgo, yo puedo” para poder salir adelante y ayudar a los demás.