Al referirse a un mes típico de las temporadas lluviosas, por su parquedad actual, las gentes lo califican con el refrán ‘Abril, todas sus aguas caben en un barril’, diferente al de tiempos anteriores cuando se decía ‘Abril, aguas mil’.
Es probable que las diferencias anotadas dependan de la alteración de los ritmos ambientales provocados por los cambios climáticos actuales y no a la escasez del agua. Teóricamente, el volumen de agua de lluvias sigue siendo el mismo que tenía la Tierra, desde hace 3.800 millones de años.
El origen de la hidrosfera terrestre está relacionado con el origen de nuestro sistema solar (4.500 millones de años).
Al establecerse nuestro planeta, por las altas temperaturas del centro de la Tierra, sus elementos hidrógeno y oxígeno formaron las moléculas de agua, las cuales, en forma de vapor, fueron expelidas a la superficie terrestre. Parte de este vapor de agua formó la atmósfera y otra parte se enfrió y condensó para formar el agua, circulando constantemente desde la superficie de la Tierra a la atmósfera para luego, por descenso de la temperatura, precipitarse desde la atmósfera en forma líquida (lluvia) o sólida (hielo) cumpliendo el denominado ciclo hidrológico, cuyo volumen de agua no cambia permaneciendo constante en una cantidad aproximada de 119.000 km³ cada año, de los cuales corresponden 45.000 km³ al año, evaporados del mar y de tierra firme 74.000 km³ anuales, por evapotranspiración.
De los volúmenes invariables indicados, el agua dulce accesible para el uso humano es menos del 1%. En el mundo, actualmente 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua potable y hay otros 2.400 millones de personas que no tienen acceso a un saneamiento adecuado.
La escasez del agua depende del incremento de la población, deterioro progresivo de la calidad de las aguas, intrusión de aguas saladas, particularmente en los estados insulares y modificación en el curso de los ríos, y destrucción de las zonas de captación por la construcción de obras civiles.
Lo cual indica la necesidad urgente mundial de establecer la gobernabilidad del agua: conjunto de sistemas políticos, sociales, económicos y administrativos encargados de desarrollar y gestionar los recursos hídricos y su distribución.
El PNUD, ante la escasez del recurso, ha creado el Centro de la Gobernabilidad del Agua (WGF) para fomentar la colaboración Sur-Sur y promover los intercambios de experiencias y buenas prácticas en la administración del agua.