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El Telégrafo

La 3ª alternativa

07 de marzo de 2013

Convencer a algunos candidatos a asambleístas de la validez de los métodos  D’Hondt y Webster para asignar los escaños, así como de la pureza del proceso electoral que acaba de celebrarse, luce un problema irresoluble. Sin embargo, Stephen R. Covey propone una trayectoria que permite aclarar casi todos los dilemas de nuestra vida y sellar las más profundas divisiones. El la llama “la 3ª  alternativa”, que es un camino hacia adelante; en nuestro problema electoral, no  es la forma de ver las elecciones por la oposición, ni tampoco la del Gobierno. Es algo mucho mejor y de un nivel superior a lo que ellos lo hubieran pensado.

En la vida siempre nos identificamos con una alternativa en contra de la otra: blancos contra negros; liberales contra conservadores;  trabajadores contra empresarios; socialistas contra capitalistas; hijos contra padres; esposa contra esposo; ecologistas contra desarrolladores; creyentes contra ateos  y, en nuestro caso ecuatoriano, una derecha de oposición en contra de la Revolución Ciudadana del  Socialismo del Buen Vivir. Esa es la razón por la cual en el mundo existe racismo, prejuicios y guerra.

La mayor parte de los conflictos tiene dos lados; por ejemplo, la 1ª alternativa es la forma de ver las elecciones por la derrotada oposición; la 2ª alternativa es la forma de apreciar las elecciones por el gobierno triunfador; haciendo sinergia entre estas dos posiciones podemos optar por una 3ª alternativa, que es una vía mayor y mejor  para resolver este conflicto. El mantener posiciones mentales está tan embebido en cada uno de nosotros, que es casi imposible superarlo. De hecho, no lo hacemos. Nos mantenemos peleando o quizás conseguimos un absurdo compromiso. Esa es la razón por la cual enfrentamos frustrantes impases.

El dilema no está en los méritos del lado al que defendemos sino en la forma cómo pensamos. La verdadera traba son nuestros paradigmas mentales. Estos  paradigmas gobiernan nuestro comportamiento, el que a su vez gobierna las consecuencias de nuestras acciones. Conseguimos resultados en base a lo que hacemos y lo que hacemos depende de lo que vemos en nuestro entorno. Los paradigmas mentales son como mapas que nos ayudan a decidir la dirección que debemos seguir. El mapa que vemos determina lo que hacemos y lo que hacemos determina los resultados que conseguimos. Si cambiamos de paradigma mental, nuestro comportamiento y resultados cambian también.

Cada una de las partes en conflicto tiene un mapa incompleto. Con la 1ª  alternativa yo veo solo mi verdad y la única forma de resolver este lío es convenciendo o forzando a la otra parte de aceptar mi paradigma. Yo gano, tú pierdes. Por otro lado, si yo abandono mi paradigma y sigo el tuyo, que es la 2ª  alternativa, nadie asegura que tenga un mapa completo y tengo que pagar el precio de mi derrota.

¿Qué tal si combinamos nuestros paradigmas? Tendríamos un mapa más inclusivo que toma en consideración las dos perspectivas, Pero aún así tendríamos diferentes objetivos. Es ahí donde ponemos en juego la 3ª alternativa que nos permite hacer sinergia y complementarnos. Es el maravilloso resultado de respetables seres humanos que abandonan sus ideas preconcebidas  y aceptan un gran reto. Se trata de la pasión, la energía, la ingenuidad, la excitación de crear una nueva realidad que es mucho mejor que la vieja realidad.

Descalificar a los perdedores no es la solución, tampoco acusar de fraude a uno de los mejores procesos electorales. Queda una 3ª  alternativa que es en forma conjunta (haciendo sinergia) defender nuestra democracia y apoyar la construcción de una sólida cultura y marca país, tan necesarias para nuestra República del Ecuador.

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