Publicidad

Ecuador, 23 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Juventudes rebeldes, ¡adelante!

01 de agosto de 2012

¿Quién dijo: “¡Ay de aquella nación cuyos jóvenes no son rebeldes ni se manifiestan!”? Hoy podemos decir: Feliz la Patria Grande que tiene una juventud rebelde y que se manifiesta por “otro mundo posible, necesario y urgente”. Lo hemos visto en México durante las últimas elecciones: los jóvenes fueron actores nacionales muy activos y propositivos.

En Chile los estudiantes han obligado el Gobierno a revisar una educación totalmente privatizada en la era Pinochet. En Venezuela son miles y miles que apoyan un nuevo proyecto de país del presidente Hugo Chávez. En Bolivia se mantienen fieles al proyecto indígena del Bien Vivir.

En Brasil son numerosos en los foros sociales mundiales y nacionales para apoyar una alternativa de globalización que no sea neoliberal. En Perú se movilizaron con la minería a cielo abierto y 2 de ellos ya han muerto en la resistencia al proyecto de la mina Conga.

En Paraguay protestan por el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo. En Colombia luchan por los derechos humanos y se solidarizan con los pueblos indígenas, hartos de los atropellos de las fuerzas beligerantes que destruyen su hábitat. En América Central se unen para la defensa del medio ambiente…

En Ecuador los jóvenes están presentes, tanto para defender al Presidente, cuando fue acorralado el 30 de septiembre del año antepasado; como para reclamar la aplicación de las leyes constitucionales a favor de la naturaleza y los pueblos indígenas.

En el libro bíblico de los Hechos de los Apóstoles se nos cuenta la historia del joven sentado en la ventana del salón, en el primer piso, donde se reunía una comunidad cristiana cuya reunión se alargaba, sin darse cuenta que el joven se durmió y terminó cayéndose… Cuando ya era tarde, la comunidad reconoció que no había sabido acoger al joven ni darle su espacio.

Cuántos vivimos todavía condenando a los jóvenes y satanizando a los negros, sin ver que somos nosotros que les preparamos la caída en los vicios y el camino de la delincuencia y la prostitución. Se les tilda de delincuentes y autores de muchas violencias, pero no se denuncia como primera violencia la de un sistema que no les ofrece una educación de calidad ni salarios dignos y les condena al desempleo, sistema del cual nos hacemos cómplices indiferentes.

Me gustó leer en un muro de la capital: “Joven: ¡prohibido ser mediocre!”, grito esperanzador de una generación que no se resigna a vivir a medias ni a aceptar la fatalidad engañosa de que las cosas no pueden cambiar.

Contenido externo patrocinado