No deja de asombrar por su versatilidad la Guerra de Quinta Generación emprendida por el imperialismo mundial globalizado (IMG) en contra de Rusia, China, Irán, Siria Venezuela y, de yapa, Ecuador. Fue trasladada directamente a Ucrania después de estancarse en Irak y Siria, pese a la exitosa creación del Estado Islámico. Aunque esta política de fomentar anarquía parecería condenada al fracaso, su base académica, fraguada en las mejores aulas del IMG, le da un sostén de espanto.
El plan original era, primero, derrotar a Siria, para luego continuar con Irán y finalmente terminar contra Rusia y China. Fue cambiado porque los yihadistas, que degollaban a sus opositores y devoraban sus entrañas aún latentes, asustaron al público de Occidente, capaz de descubrir al títere, pero incapaz de ver al que manipula las cuerdas.
Les pareció que en Ucrania les resultaría fácil engatusar a la opinión pública. Allí se derrocó un gobierno corrupto para instaurar una aparente democracia. Pero aunque los gobernantes ucranianos no devorasen los corazones de sus adversarios, con la venia del IMG son capaces de cualquier barbaridad, algo que se descubre poco a poco.
Desde entonces, el IMG ha convertido el eslogan de todo vale en estrategia para el triunfo: terrorismo de Estado y genocidio al granel a cargo del gobierno nazi de Kiev; derribo del avión malasio para acusar al presidente Putin o a la milicia patriota de Ucrania; control absoluto de los medios de información para que digan lo que se les ordene decir y de los organismos internacionales para que voten como deben votar; sanciones a diestra y siniestra para eliminar al Gobierno de Rusia, aunque todo esto le cueste caro a los sancionadores; baja manipulada del precio del petróleo para quebrar la economía del que sea, aunque para ello se deba usar la tecnología fracking, que causa destrozos irreversibles en el medio ambiente.
Pero jugar al todo o nada es peligroso, incluso para el IMG, aunque lo encabece el mismo EE.UU., ducho en este juego. Rusia no es un pelo de cochino y, por fortuna, no está sola. Además, en su suelo han sido derrotados numerosos agresores que en su momento se creyeron invencibles. Para que Rusia venza en esta guerra de Quinta Generación necesita de un enorme patriotismo y espíritu de sacrificio, algo que a su pueblo le sobra; de organización y disciplina, que tuvo y volverá a tener; y de un gran liderazgo, algo que le sobra a Putin, que se mueve en la arena mundial como un oso en la tundra, con la ventaja de que enfrenta a enanos que solo cumplen órdenes.
A nivel mundial las cartas están echadas, y son malas para el IMG y buenas para los países de Unasur, que reunidos en Quito plasman nuestros sueños ancestrales. Llegó la hora de forjar la nación sudamericana, donde no haya cabida para el hambre y la ignorancia, en la que sus ciudadanos sean libres a plenitud luego de conquistar la verdadera independencia. Según el presidente Correa: “La integración sudamericana es irreversible. Unasur se levanta como potencia mundial, pero de paz”. ¡Así sea!