Publicidad

Ecuador, 01 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Jóvenes militares olvidados

06 de julio de 2014

Se conmemoran 90 años del inicio del proceso revolucionario que un grupo de jóvenes militares, enfrentados a una todopoderosa y corrupta bancocracia, concibió en Quito el 25 de octubre de 1924, impulsando con heroicidad uno de los cambios fundamentales que jalonan la historia del Ecuador del siglo XX.

Se encontraban al mediodía en el comedor del Regimiento Bolívar N° 1 de Quito conversando sobre la situación que atravesaba el país, de la que a diario daba cuenta la prensa, especialmente desde la masacre de los obreros el nefasto 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil. Ante la gravedad del momento decidieron ‘hacer algo por la Patria’. Esa misma noche se citaron y redactaron un borrador de acta de constitución de una Liga Militar; al día siguiente, reunidos en casa de uno de ellos, la aprobaron, la firmaron, y ante una banderita nacional de seda, que tenía bordado en oro y plata el lema Honor y Patria que los inspiraba, juraron cumplirla.

Con estricto secretismo fueron conquistando nuevos adeptos y el 9 de julio del año siguiente, simultáneamente en Guayaquil y Quito, dieron el golpe incruento que dio origen a la Revolución Juliana. A costa de poner en riesgo su libertad, futuro y vida, salvaron al país de una guerra civil anunciada.

Un telegrama en clave, fechado en Quito el 4 de mayo de 1925, enviado al presidente Córdova a Guayaquil, donde se encontraba temporalmente por enfermedad, mientras en Quito estaba encargado del poder el doctor Alberto Guerrero Martínez, entonces presidente del Congreso, el ministro de Gobierno, Jaramillo Alvarado, le advertía: “La situación política culmina en forma perentoria, y precisa alguna resolución. Datos auténticos dan el convencimiento de que en este mes de mayo estallará la revolución… Le pido una palabra que indique un derrotero. Es usted el árbitro y el responsable de este momento único en la historia. Salve al país de la guerra civil, señor presidente, salve al partido liberal de esta crisis que puede derrocarle, salve su nombre ante la posteridad”.

Estos valerosos jóvenes, continuadores de la Revolución Alfarista, son ejemplo para la juventud y merecen reconocimiento. Sin embargo, permanecen relegados al olvido, invisibilizados. El rescate de su memoria y reconocimiento como forjadores de la Revolución, es un deber de justicia que cumple la historiografía, ahondando en las raíces de la identidad ecuatoriana y revitalizando paradigmas de vida, en este caso para inspiración de la juventud contemporánea, para quien el lema Honor y Patria, ya no resuena con la misma convocatoria.

Contenido externo patrocinado