Publicidad

Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Ingeniería cultural

11 de mayo de 2014

El concepto puede ser nuevo, aunque en los años 80 del siglo pasado, el filósofo francés, Michel Foucault, hablaba de “obstáculos epistemológicos” y ya en 1928 en Colombia, Jorge Eliécer Gaitán, acuñaba el término  “quistes sicológicos”, que explican la importancia de esta ingeniería, que merece serio análisis. Se trata de deconstruir las barreras sicológicas y construir realidades en las que la cultura intervenga como elemento fundamental de innovación, dinamización y bienestar individual y social.

La Universidad Europea de Madrid le asigna gran importancia a su estudio. Allí la economista Gloria Gaitán Jaramillo obtuvo una maestría en esa especialidad.

Durante su reciente visita en Quito, donde dio conferencias magistrales en la IAEN y en la Universidad Central, y un conversatorio en la Casa Guayasamín, explicó el concepto.

Su padre llamaba “quistes sicológicos” a las barreras sicológicas que dificultan la aceptación de nuevas ideas, para él “talanqueras invisibles, no por ello menos poderosas, que se levantan en la mente de la gente e impiden, entre otras muchas cosas, que las revoluciones científicas tengan efecto concertado sobre las revoluciones políticas”. Él se empeñó en romper prejuicios y preconceptos y atribuía estas perniciosas talanqueras mentales en grado sumo  a la información a través de los medios de comunicación y de la prensa.

Gloria Gaitán  define la Ingeniería Cultural como el arte que, gracias al conocimiento proveniente de las ciencias sociales (y humanas) que se ocupan del comportamiento humano, se encarga de investigar, diseñar, desarrollar, construir y aplicar modelos que permitan superar los frenos propios de la cultura que, a la manera de “quistes psicológicos” u “obstáculos epistemológicos” inhiben la adaptación creativa e innovadora de la cultura, en lo individual y en lo colectivo, a los nuevos aportes científicos, tecnológicos e ideológicos de la sociedad. Se procura así una relación armónica entre cultura y epistemología de vanguardia, a fin de que los nuevos paradigmas científicos y filosóficos puedan incorporarse al desarrollo sostenible y equitativo.

Según ella, la ingeniería cultural promueve, por tanto, el fomento a la inventiva, a la creatividad, a la participación, a la autoestima y al ingenio, para que los conocimientos de vanguardia sean asimilados como elementos culturales de progreso, y sostiene que  “Ingeniería cultural fue el arma fundamental para que mi papá, que tenía desde su doctorado el asunto muy claro, hubiera sido el primero y  único colombiano en lograr derrotar a las oligarquías en las urnas”. 

Contenido externo patrocinado