Publicidad

Ecuador, 01 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

Igor Icaza, qué bien suena

22 de agosto de 2014

No es frecuente encontrar en el CD de un rockero la poesía de David Ledesma Vásquez, Jorge Enrique Adoum, Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Poemas convertidos en canciones. Es la propuesta musical de Igor Icaza, quien tiene ya dos décadas de trayectoria en la escena musical del país. Estos poetas forman parte del nuevo CD denominado En directo, ya que se trata de las canciones grabadas en vivo, hace dos años, y que solo ahora han podido ver la luz.

La escena musical del país no ha cambiado mucho en los últimos años, persisten las mismas dificultades y obstáculos. No se ha superado el grave problema de carencia de circuitos de distribución y circulación, la piratería sigue haciendo de las suyas y los medios de comunicación, sobre todo la televisión, en lugar de dar cabida al artista nacional, se dedican a promover la copia y la imitación.

A pesar de que se dieron avances significativos, a raíz de la tragedia en The Factory, sobre todo en cuanto a no estigmatizar a los rockeros solo porque visten de negro, llevan el pelo largo y lucen cadenas y piercings, aún persiste la discriminación. Quizá por ello, el movimiento rockero ha labrado su propio camino, sus propios circuitos de comercialización y promoción, sus propios códigos. Y son fieles a ellos. Es un movimiento unido y organizado. Para la difusión han logrado construir sus propios espacios en estaciones de radio públicas, locales o alternativas, blogs y páginas web muy activas. De ahí que con orgullo pueden decir que prescinden de los medios de comunicación masivos y tradicionales.

Igor Icaza es uno de los músicos más respetados en la escena rockera; desde sus inicios, con Sal y Mileto, banda venerada aunque por ahora disuelta, y luego con Ente y Pleroma. Es evidente su madurez creativa y como el propio Igor señala: “En la música, al contrario del fútbol, mejoras con la edad”. Cierto, y basta escuchar estas canciones para confirmarlo.

No es fácil musicalizar los textos de los grandes poetas. Tantos que han fracasado en el intento. Sin embargo, Igor logra -con esos poemas- configurar canciones con una gran fuerza y, al mismo tiempo, una gran profundidad. Y también están sus propias letras, como en ‘Azul’, un homenaje a Paul Segovia, en la que se puede percibir toda la capacidad creativa para concebir una canción cargada de dolor y, sin embargo, llena de vida.

Hablar de Igor Icaza es hablar de esencias. Y de autenticidad. Es asumir riesgos. Y no se trata solo de ser buen músico o buen instrumentista y ser parte de una buena banda. Y vivir de ella. No, se trata de trascender más allá del éxito inmediato y el fácil reconocimiento. Por eso, Igor, fiel a sus convicciones -poéticas, musicales y de vida- configura una propuesta estética cercana e íntimamente vinculada a su corazón y a su tierra. Sin duda, es una apuesta esencialmente ecuatoriana, en la que se juntan lo étnico, lo progresivo y lo tradicional con la fuerza de una lírica propia y de poetas consagrados. Igor sale victorioso y nos entrega un CD vital, hondo e imprescindible.

Contenido externo patrocinado