Estamos asustados. La edad promedio de inicio de consumo de sustancias sigue bajando. Nos aterra que también las niñas comiencen a experimentar con sustancias en edad temprana. E irrumpen, como no podía ser de otra manera, los lugares comunes de la moralina al uso.
Primero: La culpa es de los padres. Y más que nada de las madres. Entonces las madres lloramos y los padres vociferan que hemos educado mal a los niños. Porque sabido es que solo las madres educamos, sobre todo si es mal. O viceversa: los padres se quedan callados (sabemos que es mentira, pero “los hombres no lloran”) y las madres les acusamos de ser distantes y huidizos. Qué más da. El daño está hecho y la búsqueda de culpables solo provoca dolor y amargura.
Segundo: La culpa es de la crisis actual de la familia. Existen familias muy desarticuladas en donde no hay el problema de la adicción. Y familias muy bien constituidas –hasta donde se ve– en las que hay uno o más adictos. Culpar al divorcio de la adicción es como culpar al cambio climático de la neumonía. Puede ser. Pero no siempre. Cada caso es distinto y la generalización con frecuencia conduce a la injusticia.
La culpa es de los padres. Y más que nada de las madres. Entonces las madres lloramos y los padres vociferan que hemos educado mal a los niñosTercero: La escuché hace tiempo en TV y era una acusación más. La culpa la tienen los profesores de los colegios, que no se ocupan del tema de la prevención. O sea, aparte de planificar, enseñar, mandar y corregir deberes, tomar y corregir exámenes, pasar notas, dar consejos y un vasto etcétera, los profesores debemos estar, como se dice vulgarmente, “moscas” para aplicar prevención. Se podría aceptar una culpabilización de todo el sistema educativo, que no ha tratado el tema como un eje transversal dentro del currículo. Eso lo acepto. Pero poner un INRI más a los maestros por no prevenir el uso de drogas puede resultar inexacto y también muy injusto.
Cuarto: La televisión, la música, los medios… Más allá de las necesarias regulaciones a los medios masivos de comunicación, parecería que quien inventó la televisión lo hizo con el encargo de los cazadores de brujas que nunca faltan porque de ese modo al famoso aparatito conocido como la “caja boba” se le podía por fin echar la culpa de todo. Los niños se drogan porque ven demasiada televisión. Los niños se drogan porque una vez los Beatles compusieron y cantaron una canción llamada “Lucy in the sky with diamonds”… o sea, bastaría ver cuánta gente la ha escuchado y no se ha drogado jamás (incluida yo) para darse cuenta de cuán falsa es la aseveración.
En fin: esta historia continuará…