El fallecido Hugo Chávez Frías (1954-2013) es el padre de los Socialismos del Siglo XXI. La característica fundamental del Socialismo del Siglo XXI es el respeto a la diversidad: filosófica, política, económica, social, cultural, étnica y religiosa al servicio de todos, y en especial de los más pobres y desfavorecidos. Se busca que todos los sectores expresen y luchen por sus intereses, los mismos, si son legítimos, deben estar supeditados al bien común.
Si alguno atenta contra otros sectores o el interés común, éste pierde su legitimidad. Un aspecto que lo diferencia de la socialdemocracia y de otros socialismos es que hasta las transnacionales o las grandes empresas privadas tienen cabida siempre y cuando se sometan y respeten las normas del Estado y entre ellas se encuentran el control a la circulación de los capitales, la salida de divisas y de las ganancias, el salario digno y otros.
Se fortalece al Estado y a la economía social y solidaria que históricamente han permanecido postergados.
Los socialismos del siglo XX tenían en común el dominio de unos sectores sociales y económicos sobre otros. El antecedente del socialismo del siglo XXI fue el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile, que llegó al poder por la vía electoral, pacífica, respetando a los sectores que violentamente lo derrocaron: las oligarquías, la Iglesia vinculada a los poderes económicos, los militares traidores que violaron la Constitución, encabezados por Pinochet, las potencias extranjeras que conspiraron y sabotearon al gobierno, y los grupos sectarios y dogmáticos de izquierda que no favorecieron la unidad con el pueblo chileno.
El mensaje de Hugo Chávez y el reto principal de los socialismos del siglo XXI, que adquieren formas particulares como los instituidos en el Estado Plurinacional de Bolivia, Nicaragua, y el Socialismo del Buen Vivir en Ecuador, es ganar la hegemonía de las ideas en la conciencia del pueblo, para obtener el respaldo de los múltiples sectores sociales en el fortalecimiento del Estado y que represente los intereses legítimos y reivindicaciones de los diferentes sectores de la sociedad en especial de los más pobres, y no dejarse someter a las políticas económicas neoliberales impuestas por los países neocolonizadores, las transnacionales y los organismos que responden a estos. La semilla sembrada por Hugo Chávez se fortalece con la Unidad de los pueblos de Latinoamérica, el Caribe y del Mundo que luchan por la paz y su liberación.