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El Telégrafo
Fredy Lobato

El costo económico de la homofobia (parte II)

21 de septiembre de 2019

La virulencia homofóbica de ciertos políticos y de varios ciudadanos en redes sociales respecto del tema del aborto por violación, nos llevó nuevamente a escuchar posturas retrógradas o de doble rasero oídas antes, durante y después de aprobado el matrimonio a parejas del mismo sexo.

¿Por qué entonces mucha gente sigue en el armario? Por el estigma y por las malas oportunidades que se pueden presentar en su familia o en lo productivo-laboral.

¿Quién pierde con eso? Todos. En Estados Unidos se calcula que una persona gay puede ganar el 32% menos que el promedio de trabajadores o que mujeres lesbianas hasta 30% menos que ese hombre gay, cuando trabajan en empresas que no tienen políticas incluyentes.

Por este motivo, su productividad puede reducirse 60%, por el desgaste mental al tener que mentir sobre su vida personal: quién es su pareja, lo que hace el fin de semana, etc.

A nivel global, los países con políticas asertivas LGBT son los más ricos: Suecia, Finlandia u Holanda. Mientras que a la cola están Liberia, Togo o Nueva Guinea. ¿Los países más pobres son más homofóbicos? No necesariamente. Latinoamérica es un mar de contradicciones.

El continente pierde $ 8 billones anuales por homofobia, según el índice de Naciones Unidas referido en el anterior editorial. Potencias económicas, como Brasil o México, lideran en crímenes de homofobia y transfobia. El matrimonio de parejas del mismo sexo es posible en Brasil, sin embargo es gobernado por un personaje como Bolsonaro.

A nivel de empresas, la banca y las corporaciones internacionales de Occidente son las que tienen buenas prácticas o acciones afirmativas hacia sus trabajadores LGBT. Los bancos de Canadá se brandean del arco iris el mes del orgullo, al igual que marcas reconocidas, no lo hacen solo por sus consumidores, sino por sus trabajadores.

Cuando una empresa tiene buenas prácticas en general, el 85% de sus empleados quiere seguir trabajando ahí; eso incrementa la productividad del negocio. En una entrega final hablaré de la situación productiva de personas trans. (O)

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