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El Telégrafo
Mariana Velasco

Homo digitalis, nueva realidad

02 de febrero de 2022

La idea de que un nuevo hombre ha surgido, luego del homo sapiens, junto al desarrollo de las sociedades a través de la historia de la humanidad, es un concepto retomado por varios autores.

Ante este universo de nuevos seres, Román Cendoya propone hablar también del  homo digitalis, caracterizado por ser el más avanzado en el uso tecnológico porque  nació cuando la tecnología ya estaba aquí.

El autor del libro’ rEvolución, Del homo sapiens al homo digitalis’, lo llama táctil porque ya no necesita teclado para interactuar con la tecnología, sino que lo hace por voz propia o con los dedos aplicados directamente sobre la pantalla. Esta forma de acceder a la información para el autor español, llevará al nuevo hombre a perder habilidades milenarias del sapiens, que se lograron gracias a la evolución del lenguaje y escritura. El ahora residente en Madrid habla de una Revolución, entendida como una fusión entre evolución y revolución; la primera definida como el desarrollo continuo en la historia del hombre y la segunda, como los cambios violentos que rompen con dicha continuidad en los sistemas sociales.

Cendoya Martínez, en el libro describe esta nueva realidad. Mediante una especie de relato personal, analiza los efectos de la tecnología en el mundo actual, tanto la fascinación como la crisis que genera este salto de lo analógico hacia lo digital. Y, sobre todo, nos plantea una nueva división de seres humanos: los prebotónicos, los botónicos y los táctiles.

Los primeros en mención, prebotónicos  (la palabra viene de botón) vendrían a ser nuestros padres. Es aquella generación que, cuando irrumpió la tecnología, era ya mayor. Ellos, con mucho esfuerzo, han conseguido manejar el correo electrónico para escribir a sus nietos, pero no tienen ni idea del cambio vertiginoso que se gesta.

Los “botónicos” hombres y mujeres, aquellos que eran jóvenes o niños cuando llegó la tecnología y fueron los pioneros de la digitalización de la sociedad. Sin embargo, son mentalmente analógicos y la tecnología al correr muy rápido, los arrastra.

 Y luego están nuestros hijos y nietos, menores de 20 años, que son táctiles que nacieron a partir del siglo XXI. Ellos interactúan con la red y, a diferencia de nosotros, en sus relaciones comerciales, sociales, laborales etc., prefieren las máquinas al trato directo con las personas. Están conectados todos, todo el tiempo y acostumbrados a que constantemente surjan nuevos gadgets y aplicaciones por lo que se adaptan fácilmente a ellas. Corresponde a esta generación el nombre de homo digitalis.

 

Con la pérdida del teclado y la escritura, debido a la comunicación e interacción con las pantallas a través de íconos, la evolución del sapiens termina en la extinción, siendo el homo digitalis el nuevo ser que viene a reemplazarlo con un nivel de entendimiento empobrecido, predicción similar a la de Sartori y su homo videns. La tesis del libro es que nosotros, como seres analógicos, no nos adaptamos a este nuevo mundo y somos los últimos  homo sapiens sobre la Tierra.

Estas afirmaciones llevan a entender que la vida cotidiana está controlada por el tecnosistema; es decir, el ecosistema tecnológico en el que vivimos, de manera que las personas que nunca habían tenido interacción con la tecnología- como un cajero automático- hoy deben enfrentarse al miedo de interactuar con pantallas, como una de las formas de pago más comunes. Dicho de otra forma, cada vez más actividades cotidianas son ahora mediadas por la tecnología, cambios-según el autor- imparables e irreversibles.

El libro, sin llegar a tener rigor académico, porque no aporta resultados de investigación, muestra el nacimiento de una sociedad en la cual ya no se enseñará a saber, sino solamente a acceder a información. Una sociedad de cerebros vacíos, y por lo tanto fácilmente manipulables. El periodista advierte: aunque con un poco de retraso, la distopía orwelliana (1984) está a la vuelta de la esquina.

La lectura invita a reflexionar y darse cuenta de cómo en tan poco tiempo, se dio la colonización de la tecnología, mientras que el surgimiento de un nuevo hombre/mujer con una nueva forma de interactuar y entender el mundo es una propuesta que queda para el debate.

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