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El Telégrafo

Homenaje a Lequerica y a la Constitución de 1812

02 de diciembre de 2012

En solemne ceremonia, la ex cámara del Senado fue denominada Salón de la Libertad José Mejía Lequerica, oportuno reconocimiento de la Asamblea, antes de que termine este año bicentenario de las Constituciones de Quito y de Cádiz, a tan egregio quiteño, que deslumbró en las Cortes de Cádiz con su elocuencia y valentía, apoyando las reformas contra el absolutismo y defendiendo los derechos del hombre americano y español.

En ese acto se presentó la edición facsimilar de la Constitución del Estado de Quito de 15 de febrero de 1812. Me cupo en suerte recuperar en mayo de 2011 los 18 facsímiles de tan importante documento, que encontré en el Fondo Jijón del Archivo Histórico del Ministerio de Cultura, que el ilustre ambateño Celiano Monge había hallado casi un siglo antes, como lo explica en su folleto Documento de Oro.

A principios del año pasado, en previsión del bicentenario por celebrarse este año en febrero, y como homenaje a Ecuador, me propuse encontrar los originales de la Constitución, como había hecho con respecto al Acta de la Independencia de Quito de 1809, que hallé en Bogotá en el archivo privado José Manuel Restrepo y que Fonsal  publicó con lujo de detalles.

Bien merecía la Constitución de Quito, que antecedió en mes y medio a la española de Cádiz, la edición de lujo que se distribuyó a los asistentes. Es de destacar que en la mayoría de los 54 artículos de que consta el documento, desde el Art. 8, se trata de la división de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, fundamental para la democracia. Y que en el Art. 1 se proclama la unión indisoluble de “las ocho provincias libres representadas en el Congreso que formarán para siempre el estado de Quito”. Es de lamentar, sin embargo, que no haya habido unanimidad entre los constituyentes por las divisiones entre montufaristas y sanchistas, contradicciones del acontecer dialéctico.

¡Si José Joaquín Olmedo hubiera escrito entonces su inmortal “Canto a Bolívar”, para que se le hubiese declamado a los constituyentes patrios una de sus estrofas! “Vuestra fuerza es la unión/Para ser libres y jamás vencidos/Esta unión, este lazo poderoso/ La gran cadena de los Andes sea”. Consigna que sigue vigente. De hecho, el nonagenario filósofo Edgar Morin, en su reciente conferencia en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, sostuvo  que “la unidad es el tesoro de la humanidad”, como ha venido repitiendo en sus escritos: “El tesoro de la humanidad está en su diversidad creativa, pero la fuente de esa diversidad está en su unidad generadora”.

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