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El Telégrafo

Hermosa vivencia política

29 de agosto de 2013

A fines de julio pasado, durante dos días, tuvo lugar en nuestra ciudad la XII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA). Primera sin la presencia de su artífice, el comandante Hugo Chávez, quien con el comandante Fidel Castro la crearon en 2004, como un bloque de integración antiimperialista, en la lucha contra la pobreza y la desigualdad social de nuestros pueblos latinoamericanos. Opuesta, por tanto, al proyecto neoliberal del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que bajo la hegemonía norteamericana expresaba los intereses de las transnacionales.

Mas, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata (Argentina 2005) los participantes dejaron sin respaldo tal propuesta.

Uno de los fines de la Cumbre de la ALBA fue precisamente delinear una acción común frente a la actual
Alianza del Pacífico
Uno de los fines de la Cumbre de la ALBA fue precisamente delinear una acción común frente a la actual Alianza del Pacífico, conformada por México, Colombia, Perú y Chile, y como observadores Costa Rica y Panamá. Un bloque que avanza aceleradamente con el fin de lograr la integración de sus economías, pero con claros objetivos políticos, pues todos sus gobiernos tienen firmados tratados de libre comercio con los EE.UU. De ahí que durante dos días de trabajo los mandatarios y cancilleres destacaron la necesidad de la creación de una zona económica que enlace a la ALBA con Petrocaribe y Mercosur. Así mismo, se puso énfasis en la defensa de la soberanía de la región contra el descarado espionaje imperialista, entre otras resoluciones.

Simultáneamente, por primera vez sesionaron los movimientos y organizaciones sociales que activan en las luchas revolucionarias y en los procesos de cambio en sus respectivos países. Acontecimiento inédito, cuyas demandas fueron recogidas en la “Declaración de Guayaquil”, la cual fue entregada en el acto de clausura, el pasado 30 de julio, a las seis de la tarde, en el coliseo Voltaire Paladines Polo.

Asistimos al mismo. Mientras comenzaba, pudimos observar: 1º) La presencia de muchas organizaciones populares, que disciplinadamente copaban las graderías. 2º) La masiva concurrencia de mujeres a un acto político revolucionario. 3º) La poca presencia de los jóvenes. Hoy con la construcción de gobiernos progresistas en la región, recién comienzan a motivarse por los problemas sociales e ideológicos. 4º) La mayor parte de los asistentes pasaba de los 40 años, algunos de la tercera edad. Los aplausos a los presidentes y cancilleres anunciaron el inicio del evento.

En lo esencial, la realización de ambas cumbres constituyó un acontecimiento histórico necesario en las circunstancias actuales, para las luchas populares y revolucionarias de América Latina y el Caribe. Ambas concluyeron que su unidad impulsa los procesos de cambios favorables al logro del Buen Vivir, la democracia participativa, la hermosa ilusión del socialismo.

El acto concluyó con un festival improvisado que a todos y todas gustó.

¡Indudablemente, una hermosa vivencia política!

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