En el inicio de la prueba de levantamiento de pesas en categoría B de Arroyo, muchos volvían a cometer el mismo error que con Alexandra Escobar, creían que las marcas que obtenían les aseguraban medallas o los ponían en una segunda fase.
El desconocimiento y poca experiencia en cubrir o ver estas pruebas originaban una confusión bastante sólida respecto a la forma en que se desarrollan otros deportes, así como entre Michael y David Arroyo.
Como deportista, dirigente, periodista y aficionado hay que crecer, convertirnos al primer mundo o simplemente aceptar ser un mediocre más que no sabe nada de nada y habla por hablar.
Dar palo y mofarse de la actuación de los deportistas ecuatorianos en Londres 2012, sin un previo análisis y verdadero conocimiento del tema, es una profunda muestra de mediocridad y fuertes cargas de complejo.
Si mañana, en fútbol, Ecuador jugara en el mismo grupo de Brasil y España, sería más fácil comprender que no se den los resultados al final del ejercicio, existe más conocimiento del tema futbolístico y no tanta ignorancia como cuando pocos sabían que Cammarelle, rival de Perea en primera ronda de boxeo olímpico, es doble campeón mundial, más bronce y oro olímpico, por ende, favorito para ganar.
Somos un país de tercer mundo en todo aspecto. No somos potencia deportiva, el referente de nuestros resultados en Juegos Olímpicos deja como saldo dos medallas (ganadas por la misma persona) en 12 competencias diferentes.
¿Con qué tipo de recuento histórico se evalúa para sentenciar que es la peor actuación de Ecuador en JJ.OO.?
¿Será porque fue la delegación más numerosa que ha llevado Ecuador a unos Juegos Olímpicos y entonces se creía o esperaba que por cantidad había obligación de ganar medallas?
Acá intervienen muchos factores, empezando por los de conocimiento, paciencia... y económicos. Debo conocer el deporte y su realidad para saber cómo desarrollarlo, conocer que me puede tomar hasta diez años obtener resultados. Paciencia para en esos diez años no caer en la desesperación, colapsar y tirar todo por la ventana. Y dinero para mantener ese proceso con el nivel y estándar internacional que permita competir en igualdad de condiciones.
Aun así, eso no garantiza medallas. La nueva fórmula que empiecen a aplicar la vienen poniendo en práctica hace más de 20 años cerca de 30 países y con nuevas naciones uniéndose a esas costumbres cada día. Primero hay que aprender a competir y luego aprender a ganar.
El factor poblacional es determinante, China puede hacer una convocatoria para buscar pesistas y con la correcta comunicación seguramente podrían llegar hasta 900 aspirantes... ¿En Ecuador?... con suerte, 15.
Luego, con lo que se reclute, inicio depuración y busco la excelencia, no hay que ser sabio para comprender que si me envían a buscar limones de calidad, tendré más chance de encontrar categoría y nivel de buenos limones en un espacio de cinco hectáreas que en una parcela de 100 metros por 80.
A veces hay tanta suerte que justo dentro de tu pequeña parcela se halla un fenómeno, te tocó un elegido, un único; como las Poll en Costa Rica, Nesty en Surinam, Pérez en Ecuador o Barrondo en Guatemala. Ya lo sé, hay naciones de poca población que logran éxito en algunos deportes, Jamaica tiene menos de 3 millones de habitantes y tiene atletas para regalar.
Hay explicaciones para eso. En 1948 apareció uno de esos fenómenos, Arthur Wint, quien ganó una medalla en 400 metros. Hubo euforia en la isla. Además, coincidía que el biotipo de los jamaicanos es perfecto para pruebas de atletismo, la masificación fue casi total. En 1960, Dennis Johnson, un velocista que había ido a estudiar a EE.UU. regresó con todos los conocimientos y disciplina, la impuso en su país y los resultados están a la vista.
Había necesidades económicas y en Jamaica se dieron cuenta de que el atletismo era el camino perfecto para salir de aquellas vicisitudes. Conocimiento, paciencia, factores sociales y aplicar el biotipo del ciudadano de esta isla al deporte que mejor les encajaba.
Esa misma fórmula intentó aplicar Ecuador, se hizo un estudio de biotipo en las regiones del país y qué deporte era más aplicable a cada habitante... periodismo y partidarios de la oposición política se burlaron de que intenten hacer correr, jugar básquet, béisbol, voleibol o deportes de combate en el Chota. Se lo relacionó con “lleve” y que solo había que jugar fútbol.
Lo mismo se hizo en Esmeraldas, con el mismo resultado de reacción perdedora, sufridora y de rechazo. Nadie analizó más allá o estudió más el detalle técnico del proyecto. Era mejor gritar y tratar de vender imágenes de paladines de la verdad y la rectitud. Eso sí, siempre gritando.
Afortunadamente esos centros de alto rendimiento están próximos a inaugurarse y, si existen los factores que hablamos, podremos iniciar procesos.
¿Kenya? ¿Etiopía? Los fondistas de Kenya y Etiopía, países tan pobres y con tanto éxito en pruebas de fondo. Lo mismo que en Jamaica, factores sociales, necesidades y un punto extra: la altitud en algunas zonas de estos lugares, aplicado al biotipo del africano de esta parte del mundo y la correcta dirección. Resultado: medallas.
¿Pero cuándo empezó esto? A mediados de la década del 50, cuando el Gobierno de Etiopía contrató a un entrenador
sueco, Onni Niskasen. Años después, en 1960, Abebe Bikila ganó la primera medalla en la historia del atletismo africano.
¿Se dan cuenta desde cuándo empezaron? Se debe entrenar años y años, antes de los Juegos Olímpicos esperados, no solo cuatro meses antes. Los procesos y respaldos a los deportistas ecuatorianos mejoran notablemente, hay más controles, pero todavía es difícil acceder a la competencia indicada y con la frecuencia necesaria.
No somos potencia deportiva, y para cualquier crítico que exprese o piense que este análisis carece de aspectos ganadores, que no busca exigir al atleta o lo tilde de conformista, cumplo con decirle que no soy dirigente ni motivador, soy periodista y expongo realidades, sean buenas o malas, la reacción o título final lo ponen ustedes.