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El Telégrafo

Guerra mediática contra el Presidente se intensifica

15 de diciembre de 2012

El presidente Rafael Correa y los dirigentes de Alianza PAIS  insisten en todos sus discursos y mensajes a mantenerse alerta de las nuevas embestidas de la oposición y de los medios de comunicación “independientes” que no cesan, como estrategia de la campaña sucia electoral, en su intentona por desprestigiar al conductor de la Revolución Ciudadana y a su régimen, que avanza indetenible en los cambios para redimir, definitivamente, a los más pobres del Ecuador.

Recientemente, la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, entregó  a nuestro Primer Mandatario el premio Rodolfo Walsh, en la categoría “Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular” en honor a su valioso aporte a la democracia, la libertad de los pueblos y a la comunicación popular. Referente a este gran acontecimiento que enaltece a la patria, la prensa “independiente”, de un lado, guarda ex profeso silencio, y de otro, lo tergiversa para desorientar a la ciudadanía. Transgrede, impúdicamente, uno de los principios del periodismo: no ocultar la verdad y difundir los hechos importantes, con objetividad y equilibrio, en aceptación a la demanda de un pueblo, como un derecho universal.

Un semanario extranjero, sospechosamente, instruido por la CIA, afirma, malévolamente, que en Ecuador “manda el cartel de Sinaloa”. La prensa “libre” recoge ese dato basura e instruye a sus periodistas, difundirlo, dentro de la práctica sensacionalista con el desmedido afán de lesionar la imagen de Rafael Correa. Se revela, una vez más, el vergonzoso complot de la oligarquía, la CIA y el Pentágono por impedir la reelección del líder del Socialismo del Siglo XXI. La prensa privada se ajusta a su derecho a convertir cualquier adefesio en noticia y sus articulistas a cuestionar el proceso de la Revolución Ciudadana y a su conductor, pero jamás se aceptan la injuria y la  mentira, propios de la gente ruin, que atenta contra la dignidad de las personas.

La guerra mediática contra Rafael Correa se inició desde la instauración del proceso socialista, pero ahora se intensifica, peligrosamente, en contubernio con la oligarquía criolla y el gran capital foráneo. El contrincante es poderoso no cede, presiona y ataca por defender sus intereses y frenar la revolución social que proyecta radicalizarse con la reelección  presidencial. 

Los medios comerciales dejaron de ser objetivos y se han convertido en centrales de los partidos políticos de oposición. Como paulatinamente pierden espacio, pretenden justificar los desvíos de su misión invocando la libertad de expresión y se olvidan de que ese enunciado es un derecho del hombre, consagrado en todas las constituciones de los países democráticos.

Suficiente con leer los titulares de los medios privados y escuchar el vocinglerío de los presentadores de noticias y comentarios radiales para comprobar la distorsión de los sucesos y la solapada intención de fastidiar al líder del socialismo del siglo XXI. Los medios particulares, temerosos de perder el monopolio de la opinión pública, se alistan a nuevas batallas. El escenario es amplio y Alianza PAIS entregará su respuesta en su oportunidad.

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