Publicidad

Ecuador, 28 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Guayaquil por la patria (4)

10 de octubre de 2013

La nueva derrota de Huachi pudo haber sido mortal para la Patria en Armas. Pero no lo fue porque esos combatientes aguerridos sabían que el esfuerzo y la voluntad podían torcer el destino y sobre todo porque la Junta de Gobierno de Guayaquil estaba empeñada en liberar a su país de la dominación colonial. Fue así que se reunieron y entrenaron nuevas tropas, se recogieron fondos y se aunaron voluntades para seguir la lucha.

Sucre debió enfrentar un cúmulo de problemas políticos y logísticos, que solo pudo superar gracias al armisticio acordado con las fuerzas españolas (noviembre de 1821) y a su propia habilidad política. Al fin, en enero de 1822 abrió nuevamente campaña con un ejército de apenas mil quinientos hombres. Pero esta vez varió sustancialmente su plan táctico y se dirigió primero hacia la provincia de Loja, donde se le unió una división auxiliar peruano-argentina enviada por San Martín, bajo el mando del coronel Santa Cruz. Y luego logró ocupar Cuenca el 21 de febrero de 1822, poniéndose en actitud de operar sobre la Sierra norte y batir definitivamente a las fuerzas colonialistas.  

Para cuando reinició su marcha, a comienzos de abril de 1822, Sucre ya había obtenido la incorporación de Cuenca a Colombia, lo que constituía un importante triunfo político e inclinaba definitivamente el equilibrio estratégico en territorio quiteño, tanto en contra de las fuerzas españolas como de las ambiciones del Perú. Pocos días más tarde, sus tropas superaban el nudo del Azuay y luego los granaderos argentinos del coronel Lavalle derrotaban a la brillante caballería española en las proximidades de Riobamba (21 de abril). Un mes después, reforzado con la llegada de nuevas tropas colombianas por la vía de Guayaquil, el ejército de Sucre vivaqueaba en las inmediaciones de la capital de la Presidencia de Quito.

Mientras Sucre efectuaba sus dos campañas en la Sierra quiteña, Bolívar había avanzado hasta cerca de Pasto, donde fue detenido por las fuerzas colonialistas atrincheradas en el formidable desfiladero del río Juanambú. La única alternativa para tomar la provincia de Pasto y abrirle paso a Bolívar era un ataque desde Quito. Y esa fue la intención de Sucre cuando, al amanecer del 24 de mayo buscó flanquear el Pichincha y dirigirse al Norte, para reunirse con el ejército de Bolívar y consolidar luego la independencia de Quito. Tratando de evitar el atrevido movimiento del ejército de Sucre, las fuerzas españolas del general Aymerich salieron a su encuentro y fueron derrotadas totalmente en las breñas del Pichincha, el 24 de mayo de 1822.

Pero el triunfo de Sucre y la acción solidaria de tropas auxiliares colombianas y peruanas, no puede llevarnos a olvidar que fue la Junta de Gobierno de Guayaquil quien inició esa nueva guerra de liberación de su país y quien aportó la principal cuota de sangre y recursos para ese magno objetivo. Por todo ello, la revolución del Nueve de Octubre debe ser valorada y celebrada como un suceso fundamental de la historia ecuatoriana y el nombre de Olmedo debe figurar como el del primer gobernante de nuestra república.

Contenido externo patrocinado