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El Telégrafo

Gran acontecimiento relegado al olvido

27 de octubre de 2013

El 25 de octubre de 1924 ocurrió en Ecuador un hecho histórico, hoy invisibilizado, si bien orgullo de la juventud militar de la época y de sus descendientes.

Ese día, en el comedor del Regimiento de Artillería Nº 1 Bolívar, en su cuartel de la calle Montúfar de Quito, un grupo de jóvenes militares concibió la idea de transformar la Patria.

Terminado el almuerzo se convocaron para concretar esa noche el proyecto político, que al día siguiente se hizo realidad, reunidos en casa del teniente Agustín Patiño Donoso de la calle Guayaquil y Chile, donde hay una placa conmemorativa del evento. Se discutió y adoptó el acta para la transformación del país y se constituyó la LIGA MILITAR, como primer paso para la ejecución de su patriótico proyecto.

Los debates fueron inspirados por sentimientos de honradez y patriotismo, ante una banderita de seda de radiantes colores patrios con el escudo nacional bordado en hilo de oro por ambos lados con la inscripción Honor y Patria.

La banderita pertenecía al dueño de la casa. En 1920, al término del curso de instrucción militar, su profesor, el entonces capitán Ildefonso Mendoza, quiso dejar un recuerdo a los alumnos; rifó la banderita que había presidido el aula. La suerte cayó en el teniente Patiño Donoso.

Sus hijos Agustín, Fabián y Rodrigo Patiño Crespo la heredaron en 1936 a la muerte prematura y heroica de su padre. El Ing. Rodrigo Patiño Crespo, único sobreviviente a la fecha, consciente de su gran valor histórico, y con el consenso de toda la familia, la ha dado en custodia a la Academia Nacional de Historia del Ecuador.

También se conserva el acta original, que comienza con este sabio párrafo: Los grandes movimientos sociales, sobre todo cuando tienen por objeto algo más que intereses económicos de crudo y rudo positivismo personal deben ser ampliamente abordados por la juventud redentora de los pueblos.

Aunque algo deteriorada, el acta reposa en California en la bóveda del banco del historiador Jaime. E. Rodríguez, hijo sobreviviente del teniente Luis A. Rodríguez, uno de los patriotas de la Revolución Juliana.

Se trata de bienes culturales tangibles de alto significado sociocultural y relevancia para la juventud contemporánea. Representan un llamado a su conciencia tan imbuida del hiperconsumismo neoliberal, de antivalores egoístas, olvidadiza de responsabilidades patrias, de deberes de solidaridad y de compromiso con las transformaciones que requiere el país, y del profundo mensaje implícito en la expresión Honor y Patria.

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