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El Telégrafo
Ilitch Verduga Vélez

Golpe de Estado blando

19 de junio de 2015

Las últimas semanas, nuestra patria ha sido sometida a un proceso de agresión sostenida, en demostraciones virulentas por quienes se nutren del sudor de los obreros y el dolor de los migrantes y que ahora están al servicio de Chevron en marchas para desestabilizar el orden democrático. Al momento han excedido la estrategia de amotinamientos planificada por poderes fácticos para derrocar al gobierno de Rafael Correa y de este modo lograr que la sociedad olvide latrocinios y engaños de su historial  nefasto, como la quiebra bancaria, la masacre de Aztra y múltiples delitos contra la patria, el pueblo.

Ahora en concubinato infame con nihilistas ociosos y unos falsos dirigentes indígenas comprometidos en los hechos dolosos del 30-S, intentan generar el clima propicio para el putsch blando tomado del escaparate imperial, Trama sediciosa en ciernes con argucias repetidas que ha estado siempre allí, tras la asonada blanda -no exenta de sangre- que la CIA recomienda en sus manuales para impedir el progreso de nuestras repúblicas. Por tanto, no hay que encontrar justificaciones en la acción de los complotados, por los cambios en la antigua ley de herencia -que afecta a una cifra menor a 1.500 personas del universo de 15 millones-, es el espíritu sedicioso, incentivado o no por otros móviles, entre ellos la paga de Judas.

El proyecto que discutiría la legislatura busca  la equidad,  la igualdad. Cobrar impuestos a los ricos, con ingresos multimillonarios provenientes de dinastías empresariales que junto a sumar dinero tiene poder, es acto de justicia, aunque medios mercantilistas, en descarada y fija acción conspirativa, lo nieguen, falseando la verdad. El presidente Correa decidió retirar los proyectos de ley temporalmente, hasta agotar etapas socializadoras. Corta así garras facciosas a la conjura sedienta de muerte, para apropiarse de Carondelet a toda costa y costo que niegan el pan y sal a los pobres. Empero, los golpistas siguen en su accionar tumultuario. Allá ellos con su alma.  

Estamos ciertos que los jefes derechistas estarán felices si ocurriera un golpe de Estado atroz y ellos, acomodados en muelles poltronas de sus lujosas residencias, esperar, vaso en mano, que unos cuantos habitantes de estos lares les saquen las castañas del fuego y les permitan siestas laxas y digestiones tenues en la perspectiva de seguir explotando, mintiendo, segregando y con la aviesa idea de ubicar en el solio presidencial a un ‘Carmona’ cualquiera, nacido de la banca o el mercado. No obstante, la respuesta del Ecuador llano y profundo ha sido contundente, pues en presencia de ruines provocaciones e insultos la reacción serena de la mayoría es ejemplar y ha demostrado que ante el proyectil anónimo lanzado con maldad, bien hacen las ideas vivificantes; que frente al escupitajo se sitúan las flores; que en comparación con las falacias, estará incólume la verdad y que delante de la desinformación mediática estará la claridad revolucionaria. La inteligencia de la familia popular impedirá torcer la voluntad, expresada en los comicios generales, podemos dar fe de que solo acribillada a balazos podrán obligarla a retornar al pasado neoliberal.

Aun confundido por la publicidad intoxicante de medios privados, el pueblo está consciente de que no puede volver al país de educación pública subastada; a hospitales estatales sin médicos e insumos; que tampoco las carreteras, hidroeléctricas puedan ser privatizadas; o que la  política exterior, económica, torne  a la sumisión al FMI o a mandos coloniales; que no asentirá se descuide la atención a FF.AA., como sucedió en Angostura por desidia de gobiernos viles; o que medidas para combatir la delincuencia cesen  y también que la seguridad social se fortifique, sin las mafias que la agobiaban  para que por siempre el servicio doméstico, los choferes, las amas de casa, accedan al IESS. Por todo ello, patentiza su apoyo a la Revolución Ciudadana. Jamás banqueros y políticos corruptos volverán. (O)

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