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El Telégrafo

Gestión integral de los recursos hídricos

05 de febrero de 2013

Entre los personajes del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, tenemos un conejito que siempre llegaba con la solución para resolver las vicisitudes de la historia, lo lamentable es que siempre llegaba tarde, como sucede con los técnicos responsables de la solución de las limitaciones de la gestión del agua, las cuales no se resuelven con la construcción de obras para acceder al recurso, pero, si bien son de indudable importancia,  para cumplir con los objetivos de gestión es necesaria una administración interdisciplinaria e integrada con la participación de todos los actores, principalmente los usuarios beneficiarios del recurso agua.

Si esta condición no se establece con anterioridad, o por lo menos paralelamente a la construcción de las obras, el único que termina ganando es el constructor, cuya responsabilidad termina con entregar la obra. El Estado ecuatoriano, a fines de la década del 40, inició la institucionalidad para aprovechamiento del agua con entidades fuertemente sesgadas con las construcciones para el riego y muy débiles en la administración del recurso. La generosa provisión hídrica con la que cuenta el país probablemente contribuyó a restarle importancia a la preocupación mundial existente por la escasez del recurso que se informa se reduciría al finalizar el milenio en un 35%.

Con estos antecedentes, la Organización de las Naciones Unidas auspició el estudio Brundland, denominado “Nuestro Futuro Común”, en el cual por primera vez se estableció el concepto de desarrollo sostenible, definido como el que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones, reconociendo la importancia de la dimensión medioambiental, el agua y  la gestión integrada de los recursos naturales para el desarrollo, constituyendo estos la declaración de las Naciones Unidas en Río de Janeiro (1992).

En este contexto se establece la importancia vital de los recursos hídricos, como eje transversal insustituible para el desarrollo sostenible, creándose la Asociación Mundial para el Agua (Global Water Patnership, GWP 1996) que rescata del acuerdo mundial de Dublín la necesaria participación de los usuarios en la gestión del agua en todos los niveles de planificación y operación de los sistemas integrados para, de esta manera, no terminar como el conejito del cuento: sin soluciones para lograr los objetivos del proyecto.

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