Es cierto que el fútbol ecuatoriano ha crecido, tiene sin duda un mejor nivel, el hecho de haber clasificado a dos mundiales y las cuatro copas internacionales que ha conquistado Liga de Quito le ha proporcionado una imagen internacional de credibilidad y superación. Sin embargo, quienes han crecido son en verdad los futbolistas; su presencia en ligas internacionales importantes les ha proporcionado personalidad, carácter y disciplina.
Los dirigentes nacionales, por el contrario, se han quedado anclados en el pasado, tal como ya lo expresó el propio “Tin” Delgado. El Campeonato ecuatoriano es la evidencia de esto. Se toman decisiones en función de lo clientelar, lo único que sirve es ganarse votos y asegurar el “apoyo” de un periodismo deportivo sumiso, halagado constantemente y que solo atina a mostrarse agradecido con su principal dirigente.
En el partido Ecuador-Colombia se evidenció, además, una serie de abusos, ineficiencias y pésima organización. Es incluso anticonstitucional que se vendan entradas solo en “abono” obligando al aficionado a adquirirlas para partidos posteriores que no quiere ver.
La queja de los aficionados colombianos y la intervención del Ministerio del Deporte solucionó esta “avivada” de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Al estadio ingresaron más aficionados que los que caben en sus gradas. Se colocaron en todos los pasillos, en las gradas de acceso, en los corredores aledaños, bajo el marcador y en todo cuanto espacio vacío quedaba.
Sin duda se vendieron más entradas que las que se debían y se entregaron cientos de “pases de cortesía”, que incluso son también comercializados y sirven para “halagar” a clientes, proveedores, medios de comunicación, familiares y amigos. Este hecho es un atentado a la seguridad y pone en riesgo a los hinchas que acuden al estadio.
En buena hora no sucedió nada, pero eso no puede volver a suceder. La Federación Ecuatoriana de Fútbol es la directa responsable. Es necesaria la intervención de la Secretaría Nacional de Riesgos para sancionar a los culpables y controlar que esto no vuelva a suceder.
Así mismo, ya es hora de que se proceda a una remodelación total del estadio Atahualpa, que luce ya obsoleto (construido hace medio siglo) y peligroso para eventos deportivos importantes. Deben asumirse todas las normativas que la propia FIFA ha determinado: asientos individuales y numerados, nada de mallas metálicas y totalmente abierto, lo que permite dejar libres todos los accesos para evacuaciones rápidas y efectivas.
Los aficionados son (somos) fieles a la selección, así el entrenador (baratito y sin prestigio) no genere ninguna confianza, sino por el contrario, en cada partido, solo deja dudas y más dudas. Fidelidad a pesar de que los dirigentes de la Federación solo quieran conservar sus viejos espacios de privilegio y mantener esas caducas estructuras de nuestro fútbol.