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El Telégrafo

Falso credo

23 de enero de 2013

El candidato de la banca ha reiterado afirmaciones que son una burla para el pueblo ecuatoriano. Sobre el feriado bancario, con el que se estafó a cientos de miles, decretado por su amigo Mahuad, de quien fue Ministro y Gobernador, afirma que tan solo se enteró “abriendo el periódico”. Seguramente también por esa vía se enteró del multimillonario salvataje bancario, que con dineros del Banco Central, por unos $ 6.000 millones, su gobierno cubrió el atraco de los banqueros corruptos.

Quien aspira a ser Presidente no le puede tomar el pelo al pueblo ecuatoriano. Estamos hablando del robo más grande de la historia del país, que fue resultado de la aplicación del modelo económico neoliberal impuesto por el FMI y aceptado por las oligarquías y su banca privada.

Nadie dice que el candidato recomendó la medida ni que haya redactado el decreto, pero es claro que se identificó con las políticas de ese gobierno y sus quehaceres, que hicieron de este país una colonia del siglo XX, lo endeudaron hasta más no poder, en las peores condiciones, al borde de hipotecarlo a los chulqueros internacionales, organizaron una economía altamente especulativa, cuasi liquidaron el Estado, vendieron soberanía, expulsaron del suelo patrio a millones de compatriotas, rifaron el petróleo, aumentaron el desempleo y la pobreza, depredaron la naturaleza, desmantelaron el Estado, liquidaron los controles, impusieron uno y otro gobierno entreguista, prostituyeron la democracia formal, aplicaron la política de reparto de la troncha, manejaron la “justicia”. ¿Quieren más?

Ahora, expuesto como candidato de partidos y movimientos de derecha, con apoyo de sus colegas banqueros, se torna crítico de lo que ellos hicieron, con uno y otro gobierno, incluido el del “mejor aliado de Bush”, al que también sirvió. Con embustes de todo calibre critica el modelo económico y las políticas del Gobierno, endosándole todos los males habidos y por haber, de los que la partidocracia es responsable histórica.

Dice lamentar la pobreza y ofrece combatirla, pero esconde sus causas, sus raíces, que están en el sistema capitalista expoliador, en la concentración de la riqueza y del ingreso, inherente al mismo y que progresivamente la Revolución Ciudadana combate y busca liquidar. Advierte que reducirá impuestos y, seguramente, como ocurrió con el mismo Mahuad, con el apoyo del Partido Social Cristiano y la Democracia Popular de Osvaldo Hurtado, estarán pensando en beneficio de los ricos, eliminando el Impuesto a la Renta.

Dice que “no meterá la mano en la justicia”, como lo hicieron siempre los gobiernos oligárquicos, que imponían jueces y cortes para proteger a los ladrones y crímenes del viejo poder.

No hay dudas de que el pueblo confirmará su apoyo al candidato de los cambios y de la patria, y derrotará al de la banca especuladora, el imperio y su falso credo.

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