Publicidad

Ecuador, 29 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Falacias prediciendo enfermedades

12 de febrero de 2012

La genética ha avanzado de forma impresionante. Hoy el mercado se llena de ofertas de diagnóstico genético online. Se puede enviar saliva o gotas de sangre y las empresas procesan el ADN para designar la “raza” (pese a que hay una sola: la humana), la “alcurnia” y de qué uno va a enfermar. ¿Esto es verdad?

La venta de diagnósticos genéticos vía Internet ha levantado mucha polémica, sobre todo desde que el año pasado una investigación, impulsada por el Congreso de EE.UU., evaluó a 4 empresas dedicadas a este negocio: 23andMe, Pathway Genomics, DeCode Genetics y Navigenics.

Se enviaron muestras de las mismas personas a estas compañías y la conclusión fue contundente: “Los resultados son engañosos y de una utilidad baja o nula”. Una misma persona evaluada presentaba riesgo bajo, medio o alto de padecer una enfermedad, lo que se calificó como “publicidad falaz”, extendida a unas 19 empresas del mismo tipo, que a lo sumo llegan al 50% de eficiencia diagnóstica. Pese a que alguien resulte negativo en la prueba de un gen de cáncer por ejemplo, no significa que no hará un cáncer, pues se conocen varias vías genéticas para que esta enfermedad se instaure, incluso se necesita un desencadenante ambiental.

El conflicto radica en que cada empresa sigue protocolos diferentes para el diagnóstico, no todos validados correctamente, con lo cual el resultado y la información al individuo son erróneos. Esto conlleva una toma de decisiones apresuradas e innecesarias; por ejemplo, para cáncer de mama, antes de realizarse una mastectomía radical profiláctica, no solo debe valorarse el cambio genético, sino también el número de cambios dentro del gen, para poder predecir el riesgo real; además, la historia familiar es sumamente importante. Esta valoración debe darse por un especialista, y no por el sistema informático o un individuo que solo maneja la correspondencia.

El cuestionamiento más contundente a estas pruebas es que los riesgos de enfermedades genéticas varían de una población a otra, por lo que las pruebas comercializadas, por falta de investigaciones en Asia, África y Latinoamérica, se basan en estudios de perfiles genéticos europeos o estadounidenses, que al aplicarlos a todo el mundo comprueban su error.

La venta de diagnósticos de enfermedades es un problema, al no estar manejada con la ética adecuada, por eso muchos países europeos y EE.UU. han empezado a regular y cambiar leyes para proteger a los usuarios. En Ecuador ya se ha iniciado este negocio, así que esperemos que las autoridades competentes establezcan las normas y controles adecuados.

Contenido externo patrocinado