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El Telégrafo
Nancy Bravo de Ramsey

¿Estuvimos bien o mal en el Mundial?

08 de julio de 2014

No hay duda de que en el Mundial de fútbol que continúa desarrollándose en sus últimas fases en diversas ciudades de Brasil, tuvimos un desempeño modesto que incomoda a la mayoría de los ecuatorianos. De seguro que si en estos momentos se organizara y desarrollara una encuesta masiva en nuestro país, haciendo a cada entrevistado la misma pregunta que se expone en nuestro titular, ganaría la segunda alternativa, esto es que la opinión de nuestro pueblo sería que la selección ecuatoriana estuvo bastante mal en su accionar futbolístico.

¿Pero por qué insistir en hablar hoy de fútbol? ¿No es que se trata tan solo de un deporte, actividad de secundaria importancia frente a otras prioridades para el ser humano, como la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, la seguridad? Pues la respuesta es que no es así. La actividad deportiva es un derecho constitucional para muchas naciones del mundo, incluyendo la nuestra, cuya  ley mayor, en su artículo 381 señala: “El Estado protegerá, promoverá y coordinará la cultura física que comprende el deporte, la educación física y la recreación como actividades que contribuyen a la salud, formación y desarrollo integral de las personas; impulsará el acceso masivo al deporte y a las actividades deportivas a nivel formativo, barrial y parroquial; auspiciará la preparación y participación de los deportistas en competencias nacionales e internacionales, que incluyen los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos; y fomentará la participación de las personas con discapacidad”.

Y el fútbol, además de ser un deporte de masas, es el ‘rey de los deportes’, que contribuye de la mejor manera al desarrollo de la democracia en las naciones, al perfeccionamiento de la salud de su población y a la superación económica del país, puesto que esta actividad mueve fuertes capitales, tanto dentro de las ciudades donde se genera, como en los centros mundiales en donde se desarrollan eventos internacionales de fútbol, como ha sucedido con el Mundial 2014 desarrollado en Brasil. ¿Qué mismo pasó con nuestra selección en este campeonato que nos ha permitido conocer a los héroes del fútbol a partir del presente campeonato? Con un escenario deportivo de tan alto coturno como el señalado, el consejo que se le puede dar a cada miembro de nuestra selección, que fueron los representantes del país, es que deben dejar su espíritu de lucha en la cancha, su garra de héroe de los campos deportivos, la inmediatez de sus reflejos, las más rápidas decisiones que les ordena su inteligencia y, sobre, todo sus habilidades futboleras, su valentía para no claudicar y sentir que se multiplican, aumentando de este modo para su equipo las posibilidades de gol. Al parecer, esto fue lo que hicieron los representantes de Costa Rica y también los de Colombia, que avanzaron -los dos cuadros- hasta los cuartos de final, entregando una justa alegría a su pueblo.

Si ya nos encontrábamos por tercera vez en un mundial de fútbol, no había razón para que nuestros seleccionados se mostraran perdidos en la cancha, pues a veces hasta parecía que no jugaban sino que tan solo miraban los desplazamientos de sus adversarios. Únicamente Énner Valencia se destacó de entre los nuestros. Los demás pasaron desapercibidos en el Mundial. ¿O es que acaso el error estuvo en el DT Rueda? ¿Es que tal vez él no dio buenas directrices a sus pupilos y, en cambio, los puso a jugar en los puestos indebidos en donde no estaban acostumbrados a hacerlo? Si fuera así, eso merecería el cambio inmediato de la dirección técnica de la selección nacional.

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