Publicidad

Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Samuele Mazzolini

Esperanza Aguirre, espejo del PP

08 de abril de 2014

@mazzuele

Esperanza Aguirre no es nueva a las polémicas. Sin embargo, esta vez la expresidenta de la Comunidad de Madrid podría haber quemado con mucha antelación su posible regreso a la política activa. En efecto, justo en estos meses se está gestionando su eventual candidatura a la Alcaldía del ayuntamiento de Madrid en 2015, tras haber dejado la política activa por razones personales hace un año y medio. Pero hay, incluso, los que especulan que su afán de regreso tenga como fin último el liderazgo del Partido Popular, para reemplazar en el mediano plazo a Mariano Rajoy.

La semana pasada, Aguirre incurrió en uno de aquellos deslices que los que han estado en la política por mucho tiempo a veces suelen cometer: lo de creerse por encima de la ley, ya que de alguna manera se sienten encarnación de la misma. El episodio no es trivial: Aguirre parqueó su vehículo en un carril del bus en la céntrica Gran Vía de Madrid para sacar dinero de un cajero automático. Acercada por unos efectivos de la Policía local que querían cobrarle una multa por la infracción, la presidenta del PP madrileño no aguantó ser retenida en el sitio por más de unos pocos minutos como le pasa a cualquier otro ciudadano y se dio a la fuga, tras haber comunicado que, si necesitaban algo, podían ir a buscarla a su casa. En la huida, que derivó en una persecución infructuosa por las calles de la capital española, Aguirre derribó una motocicleta de los policías, obligando a uno de ellos, según lo que emerge de la lectura del parte policial, a apartarse para no ser arrollado.  

La ‘casa común’ de los conservadores que Aznar armó al principio de la década de los 90 podría así verse amenazada.Hay un aspecto paradójico que hace de la actuación de Aguirre un episodio más patético de lo que de otra manera sería. El día anterior, la expolítica había polemizado duramente en contra de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que había vigilado sobre el desempeño de la Policía española durante la manifestación del 22 de marzo en Madrid. Además de cuestionar los ‘sueldazos’ de los burócratas del organismo europeo, Aguirre, estrenua e histórica defensora del liberalismo en España, dio prueba de su conocimiento de la literatura liberal-democrática al esgrimir el dudoso argumento que la Policía no puede ser cuestionada en los países democráticos. Pocos días después, sin embargo, argumentaba con no poca soberbia que su retención era debida a que los policías querían sacarle una foto y que su trato fue machista.

El aislamiento en el cual ha caído Aguirre, incluso dentro de su propio partido, cuyos miembros que se han referido al episodio lo han hecho en su mayoría para censurar a la colega, es sintomático de la actual condición del PP. Plagado por diversos escándalos de corrupción, muchos de los cuales son protagonizados por allegados de Aguirre, el partido de Rajoy se presenta cada vez más ‘balcanizado’, con guerras fratricidas que parecerían indicar un regreso a la situación en la cual la derecha se encontró en los años 80. La ‘casa común’ de los conservadores que Aznar armó al principio de los 90 podría así verse amenazada. Si bien la pérdida de consensos a nivel nacional no es aún tan aguda, la crisis de importantes liderazgos regionales, como en la Comunidad Valenciana, podría ser el indicador de una crisis que está solamente detrás de la esquina.

Contenido externo patrocinado