Publicidad

Ecuador, 26 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

En Acapulco volvió el verdadero “Rafa”

09 de marzo de 2013

En Acapulco, México, en su tercer torneo tras una para de 7 meses debido a su lesión en la rodilla, Rafael Nadal despejó muchas de las dudas que se habían generado, tras su participación en los torneos Viña del Mar y San Pablo.

Es que a pesar de haber sido finalista en Chile, y campeón en Brasil, respectivamente, su tenis no terminaba de convencer a sus seguidores y avivaba el fuego de las críticas de sus detractores; en Viña del mar cayó frente al argentino Horacio Zeballos, que lograba así su primer título ATP; en San Pablo venció a Joao Souza, Carlos Berlocq, Martin Alund y a David Nalbandián en la final -ninguno de ellos entre los 80 primeros del ranking ATP-, además tanto Alund como Berlocq lo llevaron a disputar el decisivo tercer set.

Rafa seguía preocupado por su rodilla, y así  lo manifestó en varias declaraciones a distintos medios de comunicación; no tenía la confianza necesaria para realizar los violentos y explosivos movimientos que su estilo de juego demanda, incluso puso en duda su presencia en Acapulco.

Nadal no participó en el ATP de Buenos Aires, y aprovechó esa semana para recargar baterías, rehabilitar su rodilla y entrenar para Acapulco, un torneo que se presentaba mucho más complicado que Viña del Mar y San Pablo, especialmente por la presencia del #4 del mundo y campeón defensor, David Ferrer.

En la primera ronda, Rafa superó sin mayores problemas al joven argentino Diego Schwartzman, que provenía de la clasificación, en segunda ronda se enfrentó nuevamente a Alund, pero en esta ocasión no le dio la más mínima oportunidad, apabullándolo 6-0, 6-4; en la rueda de prensa después del partido, Nadal declaró que el primer set había jugado a un nivel muy alto, tal vez el mejor desde su regreso.

En cuartos de final dejó en el camino, también en dos sets a otro argentino, Leonardo Mayer, quien poco pudo hacer ante la contundencia del mallorquín.
Su rival en semifinales, su compatriota Nicolás Almagro, el #11 del ranking, un jugador de mucha potencia en sus golpes, representaba una seria amenaza para Rafa, quien declaró que no se consideraba favorito en este partido, que intentaría ser competitivo y jugar un gran encuentro,  que cada día representaba para él una nueva prueba, y que pasara lo que pasara se iría feliz porque su rodilla estaba respondiendo.

Almagro llegaba en plena forma tras 3 victorias en sets corridos, contra el mexicano César Ramírez, el español Tommy Robredo, y  Zeballos, el verdugo de Nadal en Viña del Mar.

Almagro buscaba vencer a Nadal por primera vez, después de 8 derrotas consecutivas, y este parecía ser el momento más propicio, pero sus golpes más potentes eran devueltos de manera increíble por Rafa, que cada vez se igualaba más al tenista que ganó Roland Garros en siete ocasiones; se lo veía nuevamente con esa confianza, esa aura ganadora que proyecta y en el aspecto sicológico Nadal le saca una amplia ventaja a Nico. Almagro tuvo en su raqueta 4 puntos de quiebre en el partido, pero no pudo capitalizar ninguno de ellos; Rafa aprovechó 2 de los 6 con que contó, uno por set y definió el pleito a su favor 7-5, 6-4.

En la final lo esperaba nada menos que David Ferrer, uno de los jugadores más en forma de 2013, con dos títulos a su haber en esta temporada: Auckland y Buenos Aires, y con la motivación adicional de sumar su cuarta corona consecutiva en Acapulco y superar el récord que compartía con el austríaco Thomas Muster.

En entrevistas previas a la final, Nadal nuevamente se mostró muy cauto, y tal vez buscando disminuir la presión. Dijo, entre otras cosas: ”en la final tengo mucho que ganar y nada que perder”; “no apostaría por mí en la final”; ”gane o pierda me ayudará a seguir en mi progresión”, “cada partido es un entrenamiento fantástico”, “debo jugar un partido casi perfecto”, de esta manera le endilgaba todo el favoritismo, y por ende toda la responsabilidad a Ferrer, ¿sería parte de la estrategia?, ¿o era en realidad lo que pensaba en ese momento? De cualquier manera,  Nadal saltó a la cancha con una convicción, agresividad y movilidad que no se le había visto en ningún partido este 2013, parecía  que una aplanadora le estaba pasando por encima a Ferrer, que parecía desorientado, y no tenía respuestas para la avalancha que se le venía encima.

Rafa se llevó los 8 primeros games del partido -6-0, 2-0 -, y finalmente David pudo mantener su servicio; a mí personalmente me sorprendió lo agresivo que jugó Nadal, tomando la pelota cuando subía, y jugando encima de la línea de base, haciendo mucho daño con su forehand como es su costumbre, pero lo que no esperé fue ver a Rafa pegarle a su revés casi con la misma fuerza, logrando muchos tiros ganadores con ese golpe, algo poco habitual incluso para el mejor Rafa.

Su saque estuvo muy preciso y efectivo, cedió apenas 5 puntos en su primer servicio en todo el encuentro (22 de 27), y salvó las únicas dos pelotas de quiebre que tuvo en su contra.

Su devolución estuvo igual de contundente, ganando el 58 % de los puntos, y quebrando el servicio de Ferrer en 5 ocasiones. Cerró el partido con broche de oro, con un tiro ganador de revés paralelo a contra pie que dejó impotente a Ferrer, para ganar Acapulco por segunda vez, y terminar ovacionado por el público mexicano.

La leyenda de Nadal aumenta, suma ya su corona número 38 en canchas de arcilla, sin duda el más grande de la historia sobre esta superficie, pero lo más importante es que volvió el mejor Nadal, y si su rodilla continúa evolucionando positivamente  llegará a Roland Garros como el gran favorito a levantar la copa de los Mosqueteros. Al menos sobre arcilla volvió el verdadero Rafa, y Djokovic, Federer, Murray y compañía, tendrán que poner las barbas en remojo.

La prueba de fuego para Rafa y su delicada rodilla comenzó esta semana en el torneo de Indian Wells, pues marca su vuelta a las canchas duras después de un año, una superficie donde el impacto en las articulaciones es mucho más fuerte, y en la cual se producen muchas lesiones; esperemos que no tenga ninguna dificultad.

Contenido externo patrocinado