Publicidad

Ecuador, 21 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

El Uruguay, la marihuana y el control social (2)

25 de enero de 2014

La prueba definitiva de cualquier acción es el resultado. En nuestro caso específico, la pregunta es: ¿las drogas en general, y la marihuana en particular, contribuyen a la salud integral y al buen vivir de las personas? Definitivamente no. Salvo en específicos casos, la marihuana puede servir para usos medicinales; si bien es menos destructiva que otras drogas, lleva a la evasión de la realidad, es la llamada ‘droga de la pereza’.

Lo que se oculta a nivel internacional es que el consumo del llamado ‘bazuco’, ‘paco’ o ‘crack’ es utilizado por los niños, adolescentes y jóvenes de los barrios marginales más pobres de Uruguay. Es elaborado con los desechos de la cocaína mezclado con muchos ingredientes muy dañinos para la salud y se vende a un precio muy barato. Con un gramo de cocaína pueden obtener un kilo de bazuco. En poco tiempo se hacen adictos. La acción de la droga es de corta duración, lo que hace que requieran más y hacen cualquier cosa para obtenerla: vender lo que se tenga, robar o asaltar.

Reemplazar el bazuco por la marihuana es pasar a un mal menor, pero no deja de ser un mal personal y social. La legalización de la marihuana en Uruguay es una solución miope e inmediatista, es pan de hoy y hambre de mañana. Lo más seguro es que disminuya el consumo del bazuco y se multiplique la marihuana.

Es mala medicina y contrario al buen vivir facilitar y dar más: alcohol a un alcohólico, dinero a un jugador y consumista, drogas a un drogadicto, marihuana a un marihuanero, ignorancia a un analfabeto, desnutrición a un desnutrido, dinero al gastador que no sabe vivir, importaciones al importador, pobreza a un pobre, dar más de lo que se sufre empeora la situación del enfermo y del problema social. Se consolidan más las cadenas de la dependencia y del control social y otros se aprovechan de esas debilidades que tienen como causas el vacío moral y espiritual de la civilización consumista y la exclusión educativa y social. Por ejemplo, en algunos barrios marginales de Montevideo el 21 por ciento de los niños no aprueba el primer grado, producto de un sistema de promoción anticientífico y deshumanizado. ¿Dónde terminan los niños y adolescentes que desperdician sus aptitudes y talentos? ¿Cuántos terminan en el bazuco, la marihuana, el robo y el asalto?

Los males de una sociedad no se combaten dando facilidades para que se realicen, sino yendo a las raíces y eliminando sus causas. Los que creen en las drogas, predicando con el ejemplo para no ser hipócritas, deben comenzar con sus hijos y nietos.

Contenido externo patrocinado