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El Telégrafo

El sofisma de Vistazo

05 de octubre de 2012

No entiendo bajo qué concepto tienen al “buen periodismo”. Me enteré de mi involucramiento con el caso Vistazo por terceros. Fue una alumna que había escuchado a María Josefa Coronel entrevistar a Patricia Estupiñán, de Vistazo. Sin contraste alguno, hicieron referencia a mi artículo publicado el 6 de mayo de 2011, a un día de la consulta popular. No solo eso, sino que, además, sin un grado de delicadeza, fueron incapaces de leer la cita bien o de tomarse la molestia de puntualizar cuándo se referían a mi editorial y cuándo a un segundo artículo, publicado por Fabrizio Reyes de Luca. Pero aquellas son apenas sutilezas de forma.

El resto de la entrevista fue un conversatorio donde María Josefa Coronel asumió su rol de no actor político y opositora visceral del Gobierno, guiando a Patricia Estupiñán, evidentemente más reflexiva, hacia el que debió ser el tema principal de la entrevista: “Todas las razones por las cuales odio a Correa y cómo van a desaparecer los vestigios de la prensa crítica e independiente bajo este gobierno totalitario”. Y si bien está en todo su derecho de usar su espacio televisivo para lo que ella crea conveniente, no hubo una sola defensa a Vistazo; no hubo una sola revisión a la sentencia, o a los alegatos o, por lo menos, al editorial publicado por Vistazo, y por el que la están sancionando. Y, menos aún, una comparación entre mi artículo de opinión y el editorial de Vistazo.

Mi artículo utiliza mi posición personal frente a la consulta para hacer una crítica a los mecanismos que utilizaron, tanto el Gobierno como la oposición, para desacreditar a quienes tenían una opinión contraria a la de ellos. Y, a su vez, una crítica al acercamiento tangencial que se daba a los temas de fondo. Bajo ese manto, intenté justificar mi voto. Más que una defensa por el Sí, fue una invitación a reflexionar sobre el proceso consultivo. Es más, finalicé el artículo invitando a la reflexión personal: “Ese es mi voto, esa mi justificación. ¿Cuál es la tuya?”.

Pero más allá de aquello, la postura de los abogados de Vistazo carece de toda lógica. No solo que falla en la construcción de argumentos que defiendan su actuación, sino que se escudan bajo una supuesta culpabilidad ajena; la mía, en este caso. Y en el supuesto no consentido de que, efectivamente, yo hubiese violado el silencio electoral, eso no exime de la culpa a Vistazo. Y por más que Patricia Estupiñán crea en mi derecho a opinar sobre mi postura personal y lo equipare al de Vistazo para inducir a sus lectores para que den “Un No rotundo”, eso no significa que no existe una violación a la ley por parte de una revista que tiene más de 50 años influyendo en  la ciudadanía. Significa
que sus abogados basan su defensa en un sofisma.

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