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El Telégrafo

El príncipe y el mendigo

31 de enero de 2012

La novela clásica de la literatura, de Mark Twain, es hoy en día una extraordinaria herramienta de gestión empresarial, que está siendo usada por los CEO y líderes que buscan saber la realidad, que reportan sus representantes en la cadena de  mando porque, dependiendo del tamaño de la organización, surge el grupo de “pequeños emperadores sin alma y sin valores” que aíslan al líder, por no saber administrar el poder, empiezan los abusos, sacar ventaja personal, surgen los celos entre colegas, la mal entendida ambición, la traición  y el egoísmo, que dañan la buena fe de la sociedad, a pesar de contar hoy con los beneficios de la tecnología de las telecomunicaciones; se vuelve vital que los líderes de las organizaciones vivan su propia experiencia, para que puedan comprender la realidad y la cotidianidad en la que viven sus colaboradores, ciudadanos y clientes.

No hay otra forma más eficaz como la de contrastar la realidad vs. ejercer el control cruzado de las estadísticas e informes oficiales, enviados por los administradores. Esta es la evaluación más eficaz de comprobar, el fiel cumplimiento de la delegación asignada a los colaboradores de confianza, su lealtad personal en función  de los grandes objetivos institucionales.

Gracias a esta buena práctica, el señor Presidente ha podido detectar las  situaciones a resolver inmediatas:

1) Aceptar la deuda que tiene el Gobierno con el país  por la lenta revolución agraria integral.
2) Inadecuada gestión para diseñar e implementar el Plan Nacional de Reforestación.
3) Detectar las falencias en la administración de los servicios de salud pública mediante la red  del MSP y el IESS. A pesar de los avances logrados, la lucha es tenaz.
4) El incumplimiento en plazos y omisión de obras complementarias en la red vial, que todavía sucede.
5) La falta de entendimiento del “costo beneficio” de ciertas obras faraónicas no rentables, más orientadas con sentido político que productivo, como  los nuevos aeropuertos solicitados y sistemas de riego mal ubicados, etc.
6) Valorar el sentimiento popular para implementar un justo plan de subsidios focalizados a los recursos estratégicos.
7) Detectar las falencias entre los administradores vs. los técnicos en la cadena de mando.

Los beneficios de este modelo de gestión son visibles: mayor lealtad y respaldo de la comunidad, ratificada en impulsar la reelección presidencial.

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