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El Telégrafo

El poder de la escasez

28 de noviembre de 2013

Recurriendo a la teoría microeconómica para explicar lo que los economistas nunca han explicado bien, el británico Tim Harford publicó el libro titulado El economista camuflado, en el cual se detiene a observar y analizar las pequeñas cosas de la economía realizando un esfuerzo extraordinario para demostrar que existen a nuestro alrededor detalles que parecen inexistentes, pero que tienen un valor incalculable para un analista.

Por tales razones es que sustentado en las teorías del consumidor, de la oferta y la demanda, de la empresa, de la intervención del Estado y de los precios, Harford escoge el consumo de café para hacerse la pregunta: ¿Por qué pagas en Starbucks por una taza de café el triple de lo que pagarías en cualquier otro bar? Autoproclamándose un detective de la economía, él analiza en detalles cómo funcionan los negocios de las cafeterías en Washington y Nueva York, observando cómo él veía las compras de café y cómo las demás personas compraban en los diferentes lugares, llegando a la conclusión que a diario los negocios estafan a sus clientes.

Al conocer la teoría económica, se descubre que la esencia de esta es reconocer la existencia real de la escasez y que la sociedad se organiza para volver eficiente el uso de sus recursos, ya que son escasos y las necesidades son ilimitadas, y es aquí donde la economía hace su contribución ocupándose del bienestar de la gente, cuando los especuladores inciden en el comportamiento de los precios, mostrando un mundo de escasez. Es que de ella proviene un poder inmenso que se impone como regla en el mercado.

En efecto, Harford encuentra en la escasez el poder de las negociaciones y establece que si esta varía de una persona a otra, el poder de las negociaciones también lo hace, lo cual tiende a modificar el patrón de vida de la gente. Sostiene que mayores ganancias las obtiene el que decide y tiene el poder de negociación sobre la base de provocar escasez.

Para este economista, la mejor manera de comprobar cómo las tiendas, los supermercados, los bares, entre otros, manipulan y atraen al consumidor, es observando la estrategia de los precios en temporadas de rebajas, pues nadie se resiste al pasar por uno de estos negocios sin detenerse a comprar, atraídos por los ‘descuentos’. Objetivamente, estas rebajas solo se producen donde existe una competencia real significativa, ya que donde hay pocos oferentes nunca se colocan precios especiales.

Es muy probable que al terminar la lectura del citado libro, todos estén de acuerdo con las conclusiones a las que llegó Harford y se pregunten: ¿por qué hay discrepancias entre los economistas?

La respuesta la tiene el economista estadounidense Gregory Mankiw, al resaltar que los economistas pueden tener puntos de vista normativos diferentes sobre lo que debe tratar de conseguir la política económica, pero un economista que afirme que todas las decisiones de política económica son fáciles es un economista en el que no se debe confiar.

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