Es fundamental recordar que la lucha no es contra quienes están en la miseria o la pobreza, por las razones que sean; el reto justamente es cómo ayudarlos a abandonar permanentemente esa condición económica y social excluyente, romper ese ciclo perverso para revertirlo por un nuevo ciclo de “prosperidad sostenible”.
¿Dónde están los emprendedores-empresarios privados, con visión innovadora, eficaces y eficientes, que deben buscar la sinergia con el Gobierno actual para reorientar sus competencias productivas al agro con intensidad y lograr transformar la agricultura, que es la mayor generadora de empleo digno y freno a la migración interna y externa? Las industrias deben estar en los sitios de producción y elaborar productos de acuerdo a los mercados objetivos, priorizando los elaborados con valor agregado.
En la actualidad nuestro socio estratégico, financiador internacional, es China, la nación más poblada de la Tierra, que requiere diversidad de alimentos en gran volumen para su consumo, que podemos elaborarles de forma exclusiva.
La oportunidad de triangular negocios por los pagos de dividendos que debemos realizar, es una forma eficiente de profundizar la “revolución agrícola”, al integrar el capital público y privado del país con el del Gobierno chino, formando empresas mixtas para optimizar las tierras agrícolas improductivas y generar nueva riqueza, haciendo crecer el "PIB no petrolero", generando empleo, haciendo más rentables los capitales, rompiendo la especulación financiera y la fuga de capitales.
El modelo se puede replicar con otros países mediante tratados de comercio "ganar ganar" (TC), negociados, dignos y soberanos, con Corea, Japón, India y UNASUR. Deberíamos crear “El plan retorno de capitales limpios”, de ecuatorianos y nuevas inversiones que decidan formar parte de este gran "Fideicomiso Agrícola". Se debe crear un período de transición de legalización de capitales. Para dedicarnos a producir con menor endeudamiento externo. Hay que hacer realidad el sueño de ser "el granero del mundo".
Debemos generar la confianza en el sector productivo privado del país, para erradicar los miedos a la réplica del modelo “Chavista - Correista”. No hay tal cosa, tan solo hay elementos afines de la Revolución Cubana y sus buenas experiencias en áreas sociales, más las buenas iniciativas de Venezuela. Recordemos que estamos construyendo nuestro modelo de "Economía Solidaria".